No podemos negar que la minería siempre ha sido un dolor de cabeza. Es un trabajo carísimo que requiere perforar y adivinar por dónde empezar, causando además un gran impacto ambiental. Pero ahora, con el enorme crecimiento de los coches eléctricos y la necesidad de baterías, encontrar materiales se convirtió en una prioridad para todo el mundo, ya que las reservas conocidas no son suficientes para el futuro que imaginamos. Afortunadamente ahora todo podría ser muy diferente, gracias a una tecnología que nos devolverá la esperanza.
Un gran cambio en la minería
La ciencia siempre ha soñado con una solución de alta tecnología ¿Qué pasaría si pudiéramos usar algo tan avanzado como un satélite para mirar debajo de la Tierra y saber exactamente dónde excavar? Sería como tener una radiografía del suelo haciendo que la minería sea precisa y los daños a nuestro planeta fueran mucho menores.
Pues bien, aunque suene una locura ese sueño se está volviendo realidad ya que una empresa australiana, con ayuda de sus satélites y un sistema de inteligencia artificial, logró al increíble. Este descubrimiento es tan grande y se hizo tan rápido que está cambiando por completo las reglas del juego de la minería, demostrando que la mejor forma de buscar tesoros en la Tierra, es mirándola desde el espacio.
La minería dio un salto al 2040, gracias a la tecnología espacial, que se descubrió en Quebec, Canadá, una mina con lo que estiman son 330 toneladas de oro blanco. Ese «oro blanco» es nada más y nada menos que el litio, y este enorme depósito encontrado por la empresa Fleet Space Technologies se convierte en un suministro vital para la producción de millones de vehículos eléctricos en América del Norte.
Una tecnología muy revolucionaria
Curiosamente este descubrimiento no se hizo con métodos tradicionales. La empresa australiana utilizó una plataforma llamada ExoSphere, que es un sistema basado en inteligencia artificial, que revoluciona los estudios de subsuelo. Es un avance tan grande y revolucionario como los paneles que China encendió en el Tíbet, pero ¿Cómo funciona este sistema?
Sus satélites se encargan de captar señales electromagnéticas y variaciones de gravedad desde la superficie de la Tierra, actuando como potentes escáneres y luego, la inteligencia artificial procesa toda esa información en tiempo real, creando un modelo 3D del subsuelo. Es como si el sistema pudiera adivinar la forma de las rocas que suelen tener litio, eliminando así todas las dudas que existían con los métodos antiguos.
El resultado es simplemente increíble, pues la empresa dice que puede señalar el lugar exacto para perforar en un máximo de 48 horas después de recibir las primeras mediciones, un proceso que antes tomaba meses e incluso años. Esto hace que la búsqueda sea mucho más rápida, barata y lo mejor, sin dañar a nuestro planeta.
La magia del litio canadiense
Este litio encontrado en Quebec, con un potencial de hasta 329 millones de toneladas de óxido de litio, es crucial por varias razones, comenzando porque el mundo entero lo necesita. El litio se usa en prácticamente todo, desde la batería de tu celular, hasta los mejores autos eléctricos, de hecho, los expertos dicen que la demanda de este metal se va a multiplicar por ocho para el año 2040.
Pero eso no es todo, porque más allá de los autos, el litio es esencial en la industria aeroespacial, donde se mezcla con aluminio para hacer metales más fuertes y livianos, y también se usa para hacer cerámica y electrodomésticos. Sin duda, este hallazgo en Canadá es una noticia excelente para el cambio hacia tecnologías que contaminen menos.
Este descubrimiento nos demuestra que la minería del futuro no está en excavar sin saber dónde, sino en la tecnología espacial. Usar satélites e Inteligencia Artificial para encontrar estos metales tan importantes no solo cuesta menos y daña menos a nuestro planeta, sino que nos asegura un suministro constante para construir ese futuro que todos queremos. La empresa Fleet Space Technologies nos mostró que la innovación espacial es la herramienta que nos permite saltar directamente a la tecnología del año 2040, un logro tan revolucionario como este experimento con resultados inesperados.