Aprendiendo de las empresas recuperadas

“Una empresa capitalista que se transforma en una gestionada colectivamente por los trabajadores”. Así define el director del programa Facultad Abierta de la Universidad de Buenos Aires, Andrés Ruggeri, las empresas recuperadas, un fenómeno que tiene ya casi quince años de existencia en Argentina y “no es un paraíso de la autogestión ni una isla en un mundo capitalista; está integrada en el sistema”.

Colectividad y naturaleza como alternativas

“A veces hay una nostalgia intensa de tener otro tipo de vínculos, de sentirnos más conectados como personas, un anhelo de pertenencia, una búsqueda de comunidad”. Son palabras de Mauge Cañada, portavoz de la Red Ibérica de Ecoaldeas RIE y miembro de Lakabe, una ecoaldea de Navarra que lleva 34 años activa. Detrás de este movimiento de comunidades ecológicas que algunos podrían definir de hippismo trasnochado, se esconde toda una cultura de ‘lo nuestro’ que se instala cada vez con más fuerza en diferentes zonas del planeta, España incluida. Quizás, una de las razones sea que la crisis económica ha despertado la conciencia de mucha gente que ha visto el regreso a lo colectivo y natural como una alternativa de cambio. “Hay un mayor interés por una vuelta al campo y a una vida más plena. Lo vemos como una opción de generar economía a una escala más humana, con recursos y emprendimientos más asequibles“, explica Mauge.

Educación libre y comunitaria

Las instituciones no tienen legitimidad para educar a las nuevas generaciones en beneficio de un mercado capitalista, enfocado al consumo, la competencia, la violencia y el individualismo. Obsesionadas en deshumanizar a la persona, reducen la actividad del aprendizaje a la memorización, la repetición, la rutina y la evaluación.

El gobierno de los bienes comunes

Por primera vez la concesión de un premio Nobel de Economía recae en una mujer. También ha sido especial el motivo por el que se le ha concedido, ya que la trayectoria de la premiada contradice la economía convencional que se estudia en las facultades y que aceptan muchos gobiernos y empresas. La letanía que éstos repiten es la de que no existe más solución para gestionar bien los supuestos bienes escasos que la propiedad privada y, en situaciones especiales, la estatal. Elinor Ostrom viene a demostrar lo contrario. Las instituciones que descansan sobre el concepto de ‘propiedad común’ han jugado un papel socialmente beneficioso desde la prehistoria económica hasta nuestros días”, por ello lo que se desprende por razones históricas y sistémicas es que el “ejercicio total de la propiedad privada es en la actualidad virtualmente imposible en un contexto de ecosistemas.