Rusia desconecta Chernóbil de la red eléctrica
El Organismo Internacional de Energía Atómica ha perdido el contacto con los sistemas de datos de la central ucraniana de Chernóbil, que, aunque … Leer Más
El Organismo Internacional de Energía Atómica ha perdido el contacto con los sistemas de datos de la central ucraniana de Chernóbil, que, aunque … Leer Más
El accidente de Fukushima obligó a evacuar una gran zona alrededor de la central nuclear. Libre de humanos, jabalíes, civetas, mapaches japoneses y … Leer Más
Le dicen “La Tumba” a la impresionante estructura situada en las Islas Marshall, porque contiene 85.000 metros cúbicos de desechos radioactivos en su … Leer Más
Luego del accidente del reactor 4 de Chernóbil, se creó una zona de exclusión alrededor de la planta por sus altos niveles de … Leer Más
Hoy 26 de abril se cumplen 32 años del accidente de Chernóbil, que mostró con claridad el peligro que entrañan las centrales nucleares con efectos … Leer Más
El 11 de marzo de 2011, Japón sufrió uno de los eventos naturales más destructivos y costosos que ha visto la tierra. Un terremoto de nueve grados Richter y un poderoso tsunami que azotó a la costa de Honshu a 130 km al este de Sendai, en Japón, ha sido una catástrofe difícil de olvidar.
La ausencia de humanos en la zona de exclusión multiplica la población de jabalíes, alces y otros grandes mamíferos.
En 1986 explotó uno de los reactores de la central nuclear de Chernobil, un gigantesco accidente en el que escaparon a la atmósfera varias toneladas de material radioactivo, compuesto en parte por radioactividad muy concentrada. Dichas emisiones se extendieron hasta amplias regiones europeas, no sabiéndose con certeza cuántas personas han muerto a causa de la radioactividad escapada, pero se calcula que ya sólo en las regiones más próximas, es decir Bielorrusia, Rusia y Ucrania, entre 1990 y 2004 murieron más de 200.000 personas. Siendo muchísimas las que continúan enfermas, entre ellas muchas de cáncer.
Pensar las aglomeraciones humanas desde las innovaciones técnicas no arquitectónicas fue el aporte de Archigram y sus seguidores, pero en sus análisis no consideraron factores sociales, ambientales y energéticos. Y no los consideraron porque estos problemas aún no eran abordados de forma generalizada por el discurso académico, social y político, lo cual ocurrió, precisamente, a partir de la década de 1960.
Veinte años después de Chernobil, sólo el 12% de los europeos apoya el uso de la energía nuclear, cifra que en España se reduce al 4%, unos datos que deberán tener en cuenta los nuevos aprendices de brujo, empeñados en resucitar la energía nuclear, una fuente de energía cara, peligrosa e innecesaria.