Dentro de 20 años ya casi no veremos las estrellas
Las ciudades se expanden constantemente y con ellas, el uso de luz artificial durante la noche que nos impide apreciar las estrellas. Cada … Leer Más
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La contaminación lumínica es un tema preocupante que puede tener un gran impacto negativo en la biodiversidad. Está cambiando los ritmos circadianos de … Leer Más
Gracias a una campaña de ciencia ciudadana, se ha comprobado que cada vez vemos menos estrellas debido a un aumento anual del 9,6 … Leer Más
Copérnico descubrió que la Tierra no era el centro del Universo, sino que giraba en torno al Sol, en el siglo XVI. Después, los astrónomos … Leer Más
Los mosquitos Aedes aegypti tienen una amplia distribución en gran parte del planeta, donde propagan el dengue, la fiebre amarilla, el Zika, el … Leer Más
“Podría decirse que la lamparita es la invención más transformadora que los humanos han introducido en este planeta”, observa National Geographic. “Al presionar un interruptor o … Leer Más
La contaminación lumínica cubre a Estados Unidos tan extensamente, que casi cuatro de cada cinco personas no pueden ver la Vía Láctea en la noche desde el lugar donde viven.
La iluminación nocturna en exceso, mejor conocida como contaminación lumínica, se ha convertido en parte cotidiana de la vida de los citadinos, inclusive en una ciudad como Cuernavaca. Las lámparas de la calle, los anuncios publicitarios, los faros fluorescentes de automóviles, estacionamientos y negocios y casas contribuyen a este fenómeno. Convertimos la noche en día y, de paso, creamos contaminación lumínica que bloquea el cielo estrellado nocturno.
Por desgracia, el Mundo sigue padeciendo de una ancestral indiferencia ecológica, que nos ha hecho presos de un modo de vida que se escapa del raciocinio elemental de valorar el Medio Ambiente y sus recursos naturales. El precio a pagar, ha sido la solariega herida abierta que se observa en el aire lleno de “smoke” que se inhala en las calles, al depositar los desechos sólidos en áreas verdes, en la toxicidad que se vierte en las cuencas hidrográficas y en esas incandescentes luces que las ciudades siempre olvidan apagar.