¿Quien no ha jugado de niño con imanes?
Todos sabemos que cuando enfrentamos dos polos de distinto tipo se atraen. Cuando enfrentamos dos polos del mismo tipo se repelen.
Y alguien tuvo la brillante idea: ¿Y si aprovechamos la fuerza de repulsión de los imanes y los colocamos en una rueda?
Una maquina que gira “casi” eternamente o hasta que los imanes artificiales pierdan su magnetismo (200-400 años)