La Selección Mexicana no dio la talla luego de no poder ganarle a Uruguay en el amistoso anterior. Esta vez en el Alamodome de San Antonio, el ‘Tri’ volvió a mostrar los altibajos que marcaron su año futbolístico contra un Paraguay intenso y despierto en los instantes claves, que aprovechó cada descuido para llevarse un triunfo por 2-1 que deja muchas preguntas abiertas.
Un cierre de año que encendió alarmas
México llegaba a este amistoso con la necesidad de cerrar bien una fecha FIFA que ya había mostrado señales de desgaste, que a pesar de haber controlado ciertos tramos, el conjunto tricolor volvió a padecer en áreas sensibles, sobre todo cuando Paraguay aceleró por las bandas, mientras los aficionados presionaban en las tribunas.
Por lo mencionado, el seleccionado nacional terminó perdiendo 2-1 ante Paraguay, un resultado que confirma la racha negativa de seis partidos sin ganar; el anterior empató 0-0 con el seleccionado charrúa. Pese al empate temporal de Raúl Jiménez desde el punto penal, la defensa volvió a quedar expuesta en los instantes decisivos y eso inclinó la balanza.
Aunque hubo señales de carácter que no fueron más que un par de avances, ciertos pasajes de presión alta, alguna aparición de Edson Álvarez, lo cierto es que Paraguay encontró espacios con demasiada facilidad. Julio Enciso, entrando desde el descanso, fue determinante para el rival con dos asistencias que cambiaron por completo el guión.
Los goles, las polémicas y los momentos que marcaron el partido
La segunda mitad cambió todo en un abrir y cerrar de ojos debido a que Antonio Sanabria abrió el marcador después de la intervención del VAR, que corrigió la decisión inicial del árbitro y convalidó la acción. México respondió casi de inmediato: Raúl Jiménez tomó el balón «con total calma», como suele hacer, y definió de penalti para igualar el duelo.
Damián Bobadilla volvió a poner a Paraguay arriba apenas tres minutos después, aprovechando un rebote que nadie en la defensa del ‘Tri’ logró despejar. El cabezazo dejó sin reacción a Malagón; a partir de allí, el partido se convirtió en un ida y vuelta. México presionó, movió el banco, llenó el área de centros y tuvo una clarísima con Jiménez, pero la pelota no quiso entrar.
También hubo capítulos tensos porque se registró un grito discriminatorio que obligó a detener parcialmente el partido y hubo varias amonestaciones que cortaron el ritmo del juego. Algo a tener en cuenta es que Malagón alternó buenas intervenciones con momentos inseguros, mientras que Enciso, en un mano a mano, casi marca el tercero, pero el cierre fue dramático, pero el marcador no cambió, gracias a la buena atajada del arquero.
Lo que deja esta derrota rumbo al 2026
El principal desafío ahora pasa por reconstruir confianza; por los resultados que se dieron, los dirigidos por Aguirre deberán enfrentar una preparación dura en 2026, con amistosos frente a Bélgica, Portugal y Argentina antes del Mundial, que todos son rivales de peso que exigirán al máximo a un equipo que debe recuperar estabilidad y, sobre todo, encontrar mecanismos claros de ataque.
Para poder dar vuelta la situación, Aguirre tendrá que revisar no solo los resultados, sino también la falta de contundencia en los últimos metros. El equipo genera, insinúa, pero no concreta, por lo que las largas posesiones no tienen profundidad, dejando en evidencia que se trata de un problema repetido desde meses atrás; vuelven a ser tema de debate dentro del cuerpo técnico.
Por otro lado, hay que romper con la racha negativa que viene de los partidos de Japón, Corea del Sur, Colombia, Ecuador, Uruguay y ahora Paraguay, ya que, aunque la plantilla mostró cierto compromiso pese a los abucheos de los aficionados por cómo juega el equipo, la falta de resultados pesa, pero todo indica que deben reponerse para poder cumplir con el sueño mundialista, en donde México será anfitrión y en donde el gobierno plantea un Mundial social.