Ulises Pinto, alias «El 88» o «El Mamado» fue capturado el 23 de julio de este año en el aeropuerto de Guadalajara, Jalisco alrededor de las 11 de la mañana, debido a que pudiera ser testigo del caso de Hernán Bermúdez Requena. Desde que se realizó la operación, la fiscalía mantuvo en total hermetismo todo lo relacionado con Pinto y las negociaciones referentes a su colaboración para desmantelar el grupo de “La Barredora”.
Lazos de Pinto con la corrupción dan pie a que se designe como testigo protegido
“El Mamado” es una figura prominente en el crimen organizado mexicano, con una trayectoria como expolicía federal que lo diferencia de gran parte de su ambiente delictivo, que se terminó convirtiendo en una de las figuras principales de la organización criminal “La Barredora”, grupo que antes operaba bajo la dirección de Hernán Bermúdez Requena, ex Secretario de Seguridad Pública de Tabasco.
La información manejada por las autoridades y agencias federales que combaten el crimen organizado, señalan a Pinto como la mano derecha de Requena, estas características no hacen más que acentuar la importancia que tiene como testigo. “La Barredora” fue calificada como un cártel integrado por policías y sicarios, dedicados a la extorsión, robo de combustible o huachicol y al narcotráfico.
Así, este miércoles la Fiscalía General de la República (FGR) anunció que Ulises Pinto, alias “El mamado” o “El 88” identificado como el segundo al mando del grupo criminal “La Barredora” se convertirá en un testigo de las autoridades. La conversión de Pinto como un testigo de las autoridades podría ser clave para desmantelar la red de corrupción alojada en las esferas de poder del país.
El proceso judicial de Pinto
Ulises Pinto, «El Mamado» fue calificado como el principal promotor de la violencia en la región de Tabasco y enfrenta cargos por todos diversos delitos relacionados con el crimen organizado, así como también por los sucesos en Villahermosa en diciembre de 2023, evento que terminó con la ejecución de once personas en una disputa territorial.
El caso de Ulises Pinto y por relación directa, el de Hernán Bermúdez Requena, son casos de alto perfil relacionados con la cúpula de la política mexicana. Bermúdez fue nombrado como Secretario de Defensa de Tabasco, a pesar de su historial delictivo, por Adán Augusto López, gobernador de la región en ese momento, el cual también ha sido acusado públicamente de corrupción por otras figuras políticas.
Debido a todas estas implicaciones, al ser aprehendido, Ulises Pinto solicitó un amparo para protegerse de posibles daños físicos hacia su persona. El juez federal le concedió la suspensión de su cargo en una medida que tenía como objetivo resguardar la integridad física del acusado. Sin embargo, el amparo fue desechado después de que Pinto no lo ratificara.
Antecedentes de una medida efectiva
Según los expertos, el hecho de que Pinto no ratificara el amparo indica que ya había acordado que o al menos había conversaciones muy avanzadas para su cooperación con la fiscalía. Según informó la FGR, Pinto colaborará con el fin de evadir la cárcel, lo que podría llegar a darse en caso de que la información que revele a las autoridades lleve hacia arrestos y avances significativos en la lucha contra el crimen organizado.
En México, la figura del testigo colaborador puede contar con beneficios sustanciales como la reducción de condena en mayor o menor medida, además la familia del testigo obtendrá protección integral y recibirá cuidados médicos y psicológicos durante todo el proceso, así como también una reubicación definitiva y en los casos más extremos, cambio de identidad.
La estrategia de hacer que Pinto se convierta en un testigo para la FGR, ya ha dado resultados anteriormente cuando se trata de casos de suma importancia, como el de Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, testigo de la antigua Procuraduría General de la República (PGR), clave para vincular al ex secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna, en un juico en Nueva York.