Las campañas políticas en el marco de la próximas elecciones judiciales han comenzado a incorporar melodías pegadizas de géneros como la cumbia, la bachata, el trap y el rap, incluso haciendo referencia a la gira de Shakira, para obtener el apoyo de los votantes al inicio del último mes de campaña. Estos jingles son una forma de propaganda permitida, aunque poco utilizada hasta ahora, según el Instituto Nacional Electoral o INE.
Elecciones judiciales un evento inédito desde varias perspectivas
Con la mira puesta en las elecciones judiciales del 1 de junio, los aspirantes a magistrados han recurrido a una estrategia creativa para conectar con los votantes: musicalizar sus campañas con las melodías más pegadizas y populares del momento, llegando a nuevos votantes. Esta táctica busca hacer más atractivas sus promesas y establecer un vínculo emocional a través de ritmos y melodías contagiosas.
Esta tendencia moderna en las campañas electorales refleja una adaptación a los nuevos medios de comunicación, particularmente las redes sociales como TikTok, donde la música se ha convertido en una herramienta clave para la difusión viral de contenidos. Al integrar música en sus campañas, los candidatos judiciales buscan proyectar una imagen más humana y accesible, especialmente para el electorado joven,
Los candidatos buscan cercanía musical para conectar con los jóvenes votantes
El objetivo de esta musicalización es fomentar una mayor participación ciudadana y asegurar que los votantes estén informados sobre las propuestas de quienes aspiran a integrar el Poder Judicial. Se pretende comunicar de manera clara y directa las propuestas, incentivando así el ejercicio del derecho al sufragio, con intención de elevar la cantidad de votantes en estas elecciones judiciales que se han convertido en un evento inédito.
Sin embargo, esta novedosa forma de hacer campaña plantea interrogantes sobre la influencia real de la música en la decisión final de los votantes. Es crucial analizar si esta estrategia promueve un debate político sustancial o si se limita a generar simpatía a través de estímulos puramente emocionales, ya que podrían sentirse mas enlazados con el tipo de música o ritmo que más guste sin analizar las propuestas.
El uso de las redes sociales, y especialmente la incorporación de la música, representa una vía contemporánea para alcanzar a un amplio espectro de votantes, con un énfasis particular en las generaciones más jóvenes. Al volverse viral, podrían alcanzar grupos demográficos que antes no estaban al tanto de las propuestas o simplemente no prestaban atención, las redes sociales son un elemento clave en la difusión.
Las distintas canciones son el recurso de muchos mientras otros lo evitan
Mientras una de las candidatas canta y baila al ritmo del trap acompañada de otros jóvenes, otros usan una estrofa con un baile viral de TikTok cambiando la canción de los Ángeles azules, así como otra candidata se subió a la ola del tour de Shakira Las mujeres ya no lloran, y algunos otros agregaron mezcla de ritmos del reguetón para decir sus consignas, asi las elecciones judiciales se han refrescado mediante la música.
El INE permite el uso de jingles como parte de la propaganda en redes sociales, pero exige que los candidatos judiciales informen los costos de creación, producción y la participación de artistas. Esta obligación de transparencia financiera ha llevado a muchas candidaturas a evitar este recurso para que sus reportes de gastos no se hagan más grandes de lo necesario ante la Unidad de Fiscalización.
Adicionalmente, el INE supervisará que la difusión de estos jingles en redes sociales sea genuina, es decir, que se viralicen de forma natural y no a través de pagos destinados a aumentar artificialmente su alcance y el posicionamiento de los candidatos. En las últimas semanas de campaña, los candidatos usarán toda su creatividad, incluso canciones pegadizas, para que los votantes recuerden sus nombres el 1 de junio.