En el Estadio Akron, Chivas y Cruz Azul se midieron en un duelo lleno de tensión, ritmo y ocasiones, pero sin el gol que terminara por romper el marcador, con un 0-0 que deja más preguntas que respuestas; ambos equipos quedaron obligados a resolver su destino el próximo domingo, en donde se espera un marco especial de Liguilla, ya que en este partido hubo mosaicos en las gradas y banca por parte de los aficionados.
Un ida de llegadas, tensión y un protagonista inesperado
Chivas tomó la iniciativa desde el arranque, mientras Cruz Azul apostó por sostener el orden y golpear cuando pudiera, pero ninguno logró abrir el marcador, dejando en claro que se define en el próximo partido. El partido comenzó con un Guadalajara decidido a imponer condiciones.
El primer aviso llegó al minuto 3, cuando Bryan González remató dentro del área y el balón pasó rozando el poste, ahogando el grito de gol de miles. A partir de ahí, la tribuna vivió con intensidad el partido con cada avance del Guadalajara, como sucedió con Monterrey, que le ganó 2-0 al América, pero también reaccionando frente a cada atajada que tuvo Andrés Guiño, que firmó una noche impecable bajo los tres palos.
Cruz Azul respondió con orden y presión alta, complicando la salida tapatía; así José Paradela estuvo cerca de abrir el marcador con un disparo cruzado que se fue por centímetros. La Máquina no generaba tanto volumen ofensivo como su rival, pero cuando llegaba, lo hacía con claridad, pero ocurrió un cabezazo desviado de Ignacio Rivero.
Cabe mencionar que el duelo siguió con momentos de ida y vuelta, pero ambos equipos cargaron con el mismo problema: faltó la última decisión, el golpe final, ese toque que cambia un partido cerrado. Para entonces, el 0-0 comenzaba a tomar forma, aunque nadie en el estadio lo aceptaba del todo.
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