En la conferencia de prensa llamada «La Mañanera» se habló de una llamada telefónica entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el papa León XIV, dejando en claro que el diálogo, descrito como cercano y cordial, abrió la puerta a una posible visita del pontífice al país y se refirió a temas sensibles, como la pacificación y la reducción de la violencia.
Un diálogo en el que se le da lugar a la paz y la cooperación
Durante su conversación con el papa León XIV, Sheinbaum puso sobre la mesa uno de los programas que su gobierno considera clave en la estrategia de seguridad: «Sí al desarme, sí a la paz», permitiendo explicar que se trata de un esquema que brinda a la ciudadanía la posibilidad de entregar armas de fuego y municiones de forma anónima, a cambio de dinero en efectivo, en espacios considerados seguros, como los atrios de iglesias.
De igual manera, la presidenta explicó que el pontífice se mostró receptivo ante la iniciativa y destacó la importancia de fortalecer este tipo de acciones conjuntas, el día en el que el Vaticano encendió la Navidad en la Plaza de San Pedro. «Le hablé de este programa y lo importante que era para el país y fue, pues, muy cálido», relató Sheinbaum al referirse a la respuesta del líder de la Iglesia católica.
Según la mandataria, el papa no abordó asuntos políticos concretos ni situaciones específicas del país, dejando en claro que su mensaje, más bien, se refiere a apoyar, dentro del marco legal de cada nación, los esfuerzos orientados a la pacificación y a la disminución de la violencia.
El papel de la Iglesia en la pacificación social
Sheinbaum indicó que la postura del papa León XIV coincide con la visión de su gobierno sobre la participación social en la construcción de la paz. En ese sentido, destacó que la Iglesia católica puede contribuir desde su ámbito, siempre respetando las leyes y sin sustituir las responsabilidades que tiene el Estado.
«La idea que tiene, pues es que la Iglesia Católica ayude en la medida que pueda y dentro del marco de las leyes de cada país, pues ayudar a pacificar, ayudar a disminuir la violencia. Entonces, pues coincidimos en este tema tanto con la Iglesia Católica como con todas las iglesias en México y también con los no creyentes, los libres pensadores», señaló la presidenta en su conferencia matutina.
La mandataria también aclaró que este enfoque no es exclusivo de una confesión religiosa; dijo que su administración mantiene apertura para trabajar con distintas iglesias, así como con personas no creyentes o libres pensadores, siempre que el objetivo común sea fortalecer la convivencia y la paz en el país.
La invitación al Papa y la incógnita de su visita
En esta oportunidad se dio a conocer la posibilidad de que se pueda dar una visita papal a México, debido a que allí Sheinbaum confirmó que extendió una invitación formal al papa León XIV y que la respuesta fue positiva: «Fue muy cordial, muy sensible y pues le hicimos la invitación para que pueda venir a México y dijo que sí, que sí va a venir, pero que después nos da la fecha».
Meses antes, en mayo, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, ya había planteado el mismo ofrecimiento durante su visita al Vaticano, en el marco del inicio del pontificado. Sobre versiones que vinculan su arribo debido a la inauguración del Mundial 2026, la presidenta indicó que no hay información oficial.
Por otro lado, recordó que el llamado se dio de manera rápida y en una fecha importante no solo para los católicos, sino para la identidad nacional; por eso mencionó a la Virgen de Guadalupe como un símbolo que trasciende lo religioso y conecta con lo cultural, dejando en claro que se refuerzan los lazos históricos entre su nación, el papa y la Iglesia mientras León XIV condena los ataques perpetrados en Sídney.
