Entre Estados Unidos y México se está desatando un conflicto hídrico en la zona fronteriza por la distribución del agua, desde hace ya unos años. El nombrado Tratado de Aguas de 1944 define los términos en los que ambos países deben compartir los recursos hídricos de los ríos Bravo y Colorado. Sin embargo, los efectos del cambio climático y las sequías hicieron su trabajo para perjudicar el cumplimiento de estos acuerdos.
En una de las regiones más afectadas, como lo es Texas, se despertaron tensiones políticas y económicas debido a que los legisladores de este Estado pidieron al gobierno estadounidense medidas más estrictas para asegurar que México cumpla con su parte del tratado debido a las pérdidas en la producción agrícola y las repercusiones económicas en la región.
Las conversaciones por el lado de México argumenta que la falta de agua se debe a factores climáticos fuera de su control, Estados Unidos sostiene que el país vecino incumplió sus obligaciones en la entrega del recurso. En 2024, la Comisión Internacional de Límites y Aguas firmó el Acta 330, que estableció medidas temporales para conservar el agua del río Colorado, lo que incluyó una reducción en la entrega de tres mil 700 millones de metros cúbicos a México.
El comunicado del Departamento de Estado: la negación especial
En un hecho histórico, Estados Unidos anunció que negará por primera vez una solicitud de México para un canal especial que llevaría agua del río Colorado a Tijuana. La decisión, comunicada por el Departamento de Estado, responde a la presunta falta de cumplimiento de México en la entrega de agua según lo establecido en el Tratado de 1944.
Bajo este término, según detalla la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, al no cumplir desde el lado mexicano, afectando de manera grave a la agricultura estadounidense, particularmente en el valle del Río Grande. Al denunciar pérdidas, agricultores y legisladores en Texas remarcan que están cerca de 993 millones de dólares, y el cierre de industrias dependientes del agua.
En este sentido, la administración estadounidense justificó su decisión como una medida para presionar a México a cumplir con sus compromisos (Sheinbaum denuncia campaña en su contra). Desde lo que indica el Tratado, los mexicanos reciben anualmente mil 850 millones de metros cúbicos de agua del río Colorado, mientras que está obligado a entregar a Estados Unidos 432 millones de metros cúbicos del río Bravo en ciclos de cinco años.
Cómo impacta la negativa de Estados Unidos en Tijuana
En lo que respecta al estado mexicano de Tijuana representa un desafío para una ciudad cuya población depende en un 90% del agua que llega desde el río Colorado. De igual manera, la falta de acceso a este recurso podría agravar la crisis hídrica en la región, afectando a más de dos millones de habitantes de cara a lo que viene.
Ante esta situación, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que su gobierno ya está atendiendo el problema a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). Además, Sheinbaum reconoció que la disminución de agua en la región se trata de un factor determinante en los retrasos en las entregas al país norteamericano que atraviesa un momento de cambios institucionales.
Por el lado del rechazo estadounidense podemos decir que tiene que ver con que puede dañar las relaciones bilaterales, debido a que los legisladores texanos solicitaron al presidente republicano (Trump acusa a México y Canadá por este motivo especial) que se caracteriza por usar a la política comercial como herramienta de presión para que México cumpla con los acuerdos hídricos, lo que podría generar conflictos en la cooperación entre países.