El conflicto de la distribución del agua entre México y Estados Unidos viene de larga data, por ello existe el Tratado de Aguas desde el año 1944, en donde el país presidido por Claudia Sheinbaum actualmente, se comprometió a dar entrega de 2.160 millones de metros cúbicos de agua a Estados Unidos.
La entrega de los metros cúbicos de agua estaba ligada a que debía hacerse este ciclo en un período de cinco años a cambio de recibir agua del río Colorado pero el crecimiento de la demanda puso en aprietos a este intercambio.
Desde Washington apuntaron que México no cumplió con sus obligaciones hídricas, poniendo en jaque a los agricultores texanos porque muchos de ellos dependen del Río Grande para el riego de sus cultivos. Ante esta situación, Donald Trump eligió presionar al país mexicano para poder llegar a una solución inmediata.
Un punto clave a la hora del tratado de agua
La secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, anunció que México incrementará sus envíos de agua a Texas para compensar el déficit acumulado. Al parecer el país que preside Sheinbaum no dispone de suficiente agua, ya que sufre una gran sequía, para cumplir el tratado.
Esto se dio luego de las negociaciones de la funcionaria norteamericana con el subsecretario de Estado de los Estados Unidos, Christoper Landau, que se hicieron para garantizar el agua para los agricultores. Sin embargo, al enviar agua, los mexicanos sufrirán los costos internos porque se sacrificarán el abastecimiento a sus productores mexicanos.
Resulta que este es un sector muy importante para el desarrollo político y social del país, por eso la mandataria intentó ganar tiempo apostando a que lluvias futuras aliviarán la situación, incluso desviando los recursos hídricos de estados como Nuevo León y Tamaulipas, no se alcanzaría el volumen exigido y con el pacto pondría en peligro conflictos internos del país.
La relación entre México y Estados Unidos entra en una nueva etapa
El Departamento de Estado de EE.UU celebró el pacto con México ya que lo considera importante a la hora de garantizar agua para las necesidades de Texas pero la escasez de agua también es utilizada por la política estadounidense.
El senador Ted Cruz acusó a México de “robar”grandes cantidades de agua, Trump por su parte, llegó al nivel de amenazar con aranceles y sanciones si México no cumplía con sus obligaciones. La Casa Blanca tomó la decisión de destituir a María Elena Giner, la máxima autoridad en la Comisión Internacional de Límites y Aguas.
Lo que anticipa una postura más dura para las negociaciones, que podría llevar a que cada incumplimiento traiga consecuencias severas, como lo es la cooperación bilateral en materia de migración y comercio asumiendo que cada crisis tendrá sus consecuencias de ambos lados de la frontera.
Las consecuencias de renegociar para México: el agua como recurso vital en juego
Este conflicto se diferencia de los que surgen en torno a lo comercial o migratorio,porque esta disputa por el agua afecta a la supervivencia de comunidades enteras, este problema sería uno de los más urgentes en la relación bilateral.
Cabe mencionar que si México intenta renegociar el tratado podría traerle problemas por futuras presiones de Trump, quien busca que el incumplimiento mexicano sea útil en el escenario electoral porque esta renegociación estructural es poco probable.
Por este motivo, el acuerdo que se dio a conocer este lunes engloba a que ambos países tuvieron el visto bueno de la Comisión Internacional de Límites y Aguas o CILA. Ante esto, la presidenta Sheinbaum deberá identificar qué hacer porque el verano en el hemisferio norte se acerca y tiene que elegir priorizar su consumo interno o evitar sanciones económicas de su vecino del norte.