En la frontera sur del país, un brote de gusano barrenador encendió las alarmas de rancheros y autoridades por igual pero desde noviembre del año pasado, inspectores sanitarios, soldados y elementos de la Guardia Nacional mantienen férreos retenes para impedir que ganado contaminado crucen sin control.
De acuerdo con Javier Calderón Elizalde, responsable de Senasica, se interceptaron 32 cargamentos que presentaron indicios de esta plaga. Todos esos lotes fueron devueltos a su lugar de origen para evitar que la plaga avance hacia estados libres de gusano barrenador.
La verdad es que, según se dio a conocer que detrás de cada inspección hay médicos veterinarios, personal de la Sader y soldados de la Sedena, quienes trabajan hombro a hombro para blindar la ruta del ganado. La información que circula es que cada camión pasa por revisión física, papeles en regla y verificación epidemiológica.
El papel de la Defensa Nacional es clave
Calderón Elizalde explicó que los soldados no solo sirven como apoyo logístico porque su presencia disuade a quienes intentan saltarse los puntos de control. Hay transportistas que prefieren rodear retenes para mover animales sin permisos lo que sostiene que entran los efectivos y la Guardia Nacional.
Las tropas, además, resguardan los embarques que resultan positivos a gusano barrenador, entonces aseguran su regreso a territorio de origen y vigilan que no se “pierda” ganado contaminado en la ruta. En palabras simples: evitan que el insecto se cuele a ranchos donde nunca ha existido.
No es la primera vez que el Ejército actúa en estos casos, antes de la detección oficial, Sedena organizó simulacros en Palenque y Tapachula, Chiapas. Allí se practicaron escenarios de brote y se pusieron a prueba los protocolos de respuesta rápida. Gracias a eso, cuando se confirmaron los primeros casos, todos sabían qué hacer.
El sur del país, sobre todo Chiapas y Tabasco, concentra la mayoría de filtros
Ante la amenaza, la Sader activó desde julio de 2024 el Dispositivo Nacional de Emergencia de Sanidad Animal (Dinesa). La verdad es que, Senasica cuenta con respaldo armado para proteger a los técnicos en campo, estos trabajadores deben inspeccionar camiones, revisar guías de transporte y, a veces, enfrentar a dueños molestos.
Cabe mencionar que Ricardo Trevilla Trejo, general al mando de la Sedena, instruyó a sus unidades a estar listas para actuar cuando se detecte riesgo, pero al parecer la orden es clara porque se busca mantener retenes activos, revisiones constantes y vigilancia en zonas de paso.
Mientras exista la posibilidad de que nuevos lotes contengan la plaga, no se relajará la vigilancia, pero también dejar pasar un cargamento sin revisión sería abrirle la puerta a una crisis ganadera que pondría en jaque a miles de productores por eso, la supervisión es día y noche.
Para rancheros, ganaderos y pequeños productores, el riesgo es real
El gusano barrenador puede afectar de forma grave la salud de reses y otros animales de campo. Si llegara a zonas libres, controlar el daño costaría millones pero de ahí la importancia de frenar la infestación en la frontera.
Asimismo, Senasica destacó que la coordinación con Defensa y Guardia Nacional seguirá mientras sea necesario. Lo cierto es que productores, comercializadores y transportistas deben ajustarse a la ley, también se da a entender que cualquier incumplimiento tendrá consecuencias: el retorno del ganado y posibles sanciones.
Por otro lado a día de hoy, México demuestra que con cooperación interinstitucional es posible blindar regiones productivas, los retenes seguirán activos. Los filtros, igual ya que debido a cada embarque, por grande o pequeño, pasará bajo la lupa de veterinarios y soldados. La meta: que ninguna res contaminada cruce sin ser detectada.