Este lunes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación vivió un episodio inédito frente al Zócalo capitalino, debido a que los nuevos ministros participaron en un ritual de purificación conducido por representantes de comunidades indígenas, dejando un mensaje claro de que los pueblos originarios y sus valores espirituales son importantes.
Un ritual que es importante para la purificación
En este caso, el evento reunió a gobernadores, legisladores y más de mil 500 asistentes de todo el país, lo que reflejó el vínculo entre justicia y pueblos originarios, pero lo importante es que la ceremonia comenzó con los ministros hincados hacia la casa de Tonantzin y levantando sus manos en dirección al dios Quetzalcóatl.
Asimismo, el humo del copal, acompañado de cantos y oraciones, fue parte esencial del ritual de purificación, en el que cada integrante de la Suprema Corte se presentó ante las comunidades (esto significa la consagración de los bastones). “El bastón es la palabra, el respeto y la autoridad para guiar con dignidad”, explicaron los representantes indígenas al momento de entregar el objeto ceremonial.
El evento tuvo un fuerte componente cultural porque estuvieron presentes con bandas de música tradicional llegaron desde distintos estados, y todas las intervenciones fueron traducidas a lenguas originarias.
Los ministros recibieron el bastón de mando de manos de los representantes de los pueblos originarios y afromexicanos, marcando la confianza, sino también el compromiso de ejercer la justicia desde una visión de servicio.
Palabras de Hugo Aguilar Ortiz al recibir el bastón
El único orador de la jornada fue Hugo Aguilar Ortiz, ministro presidente electo, quien en su discurso subrayó la relevancia del artículo 39 constitucional. “Nosotros somos los ministros y las ministras del pueblo porque hemos cumplido y estamos aquí por mandato del 39 de la Constitución Federal”, afirmó, despertando aplausos entre los asistentes.
Lo cierto es que, Aguilar, de origen mixteco, pronunció parte de su intervención en su lengua tradicional y recordó el largo camino de rezago y exclusión que tuvieron los pueblos indígenas, destacó que la reforma judicial de 2024 abrió la posibilidad de que miembros de estas comunidades pudieran formar parte del máximo tribunal, algo que hasta hace pocos años parecía inimaginable.
Para el ministro presidente, recibir el bastón de mando representa una obligación directa: “Hoy entonces no solo vamos a comprometernos frente a la Constitución y a la ley, nos comprometemos frente a ustedes, que habremos de conducirnos con rectitud”, expresó en uno de los momentos más aclamados de la jornada.
La reforma de la Suprema Corte y su impacto
La ceremonia también sirvió como recordatorio de la reforma judicial impulsada en 2024, para Aguilar Ortiz, este cambio normativo permitió abrir un nuevo capítulo en la historia del país, otorgando presencia a sectores bastante marginados. “Sin la reforma judicial los pueblos indígenas no tendríamos la presencia que hoy estamos teniendo en la vida pública de nuestro país”, señaló.
Hay que tener presente que durante el acto, líderes comunitarios destacaron que después de más de 160 años México volvía a tener un presidente indígena en la Corte, evocando la figura de Benito Juárez, siendo que este reconocimiento fortaleció la idea de que el bastón de mando no es un símbolo de poder, sino un mandato de servicio y responsabilidad.
Cabe mencionar que entre las personalidades presentes se encontraron los gobernadores de Oaxaca, Salomón Jara; de Puebla, Alejandro Armenta; además de legisladores y representantes del Consejo Nacional de los Pueblos Indígenas y Afromexicano (esto hizo Sheinbaum con los niños, niñas y adolescentes). La ausencia del ministro Arístides Rodrigo Guerrero, convaleciente tras un accidente, fue cubierta por Aguilar Ortiz, quien recibió su bastón en nombre del pueblo de Guerrero.