El inicio de una obra hidráulica se dará en Campeche, una región con desafíos históricos en el acceso al agua, que recibió a la presidenta Claudia Sheinbaum para presentar uno de los planes más ambiciosos de la administración federal porque viajó al estado para encabezar el arranque del acuaférico, pieza central del programa «Agua para Campeche», y entre funcionarios locales y federales, donde reveló el objetivo que ha guiado esta intervención.
Inversión, alcances y los primeros trabajos en marcha
El proyecto hídrico, que prevé su conclusión en abril de 2027, contempla una inversión federal cercana a 1 400 000 de pesos. De acuerdo con las autoridades, esta obra permitirá asegurar el abasto de agua por entre 30 y 40 años a más de 250 000 habitantes de Calakmul y la capital estatal.
Asimismo, Sheinbaum estuvo acompañada por la gobernadora Layda Sansores, así como por funcionarios federales y estatales vinculados al sector hidráulico. En su momento, la mandataria preside la inauguración del Centro LIBRE para mujeres en Campeche, pero las primeras acciones incluyen la instalación de una batería de pozos a 30 kilómetros de la ciudad de Campeche.
A ello se suma un acueducto, seis tanques de almacenamiento y derivaciones clave para sustituir pozos antiguos que hoy presentan problemas de salinidad, siendo que la intención es dejar atrás sistemas vulnerables y garantizar un flujo estable y saludable para las comunidades.
Según explicó el subdirector de Agua Potable de Conagua, Felipe Zataráin Mendoza, el sistema permitirá suministrar 1300 litros por segundo, apoyado por 30 kilómetros de líneas de conducción y estructuras de almacenamiento. La infraestructura, añadieron, representa una modernización integral del servicio.
Acuaférico y distribución: una red para reforzar el suministro
El acuaférico tendrá 18 kilómetros de extensión y contará con una planta de bombeo diseñada para operar con capacidad reforzada. Además, se sustituirán 12,6 kilómetros de tubería antigua, un tramo que actualmente limita la distribución por la salinidad del agua marina que se mezcla en los pozos actuales.
Con esta renovación, el suministro se incrementará en 500 litros por segundo para garantizar agua potable en la ciudad durante las próximas décadas. La obra también contempla una línea principal de 3,7 kilómetros y otras 30 de líneas secundarias que conectarán con distintos puntos de las regiones involucradas.
El plan incluye la construcción de dos tanques de almacenamiento nuevos y la rehabilitación de otros dos para asegurar estabilidad en la red; parte de estos trabajos también fortalecerá el alcance del acueducto construido en el sexenio anterior, que requería ampliaciones para integrarse plenamente a la nueva infraestructura. Todo este conjunto formará un sistema hídrico más resistente, especialmente para comunidades como Xpujil, que recibirán agua mediante nuevas líneas de distribución.
Reacciones, objetivos y el proyecto Agua para Campeche
Durante el evento, la presidenta reiteró que estas obras son importantes para el bienestar de las familias campechanas. En su cuenta de X señaló que sustituir pozos que hoy generan agua salitrosa permitirá garantizar «agua saludable» para la población.
De igual manera, la mandataria también destacó que estas acciones responden a un compromiso federal para asegurar infraestructura hídrica de largo plazo. La gobernadora Layda Sansores agradeció la visita y aseguró que el proyecto abre «nuevos caminos» para enfrentar el rezago hídrico en la entidad.
Bajo este aspecto, la coordinación entre gobierno federal, estatal y municipal busca avanzar con rapidez, ahora que el material necesario ya está en proceso de adquisición. Sin embargo, el plan global «Agua para Campeche» avanza con una inversión estatal completamente de 1 380 000 de pesos, destinada a reforzar el abastecimiento en municipios como Campeche y Calakmul.
Por otro lado, estos trabajos permitirán asegurar 1300 litros por segundo, según autoridades locales, pero si los tiempos se cumplen, el proyecto quedará listo en 2027. También la presidenta apunta a la oposición por «levantar» la marcha de la Generación Z y fijará las bases para un suministro confiable en los próximos 30 o 40 años.
