El Zócalo de la Ciudad de México volvió a convertirse en un lugar con cierta convocatoria, con los libros como protagonistas por una iniciativa del gobierno federal. Claudia Sheinbaum, junto a jóvenes, autoridades culturales y público general, se reunieron para presenciar un acto que combinó política pública, memoria personal y apuesta cultural, porque la idea era dejar en claro que para el Estado se trata de un proyecto muy importante, ya que se encuentran ante la difícil tarea de transmitir que «leer importa».
Un lanzamiento en el corazón de la Ciudad de México con Sheinbaum
La presentación se realizó en la plancha del Zócalo capitalino, donde se abrió la primera caja de libros del proyecto, pero desde ese punto se activaron, casi que de forma simultánea, cerca de 200 sedes de distribución, marcando el inicio formal de la entrega gratuita.
Asimismo, el evento fue encabezado por la presidenta Sheinbaum Pardo luego de anunciar a Esthela Damián Peralta, acompañada por la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina; la secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, y el director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II.
En lo que respecta a la idea del gobierno federal, se trata de la iniciativa «25 para el 25», un programa impulsado por el FCE que busca distribuir gratuitamente libros a jóvenes entre 15 y 30 años en México y distintos países de América Latina.
«25 para el 25»: la colección y su alcance regional
En esta oportunidad, la mandataria reveló que el proyecto contempla la entrega de 2 500 000 de libros en todo el continente, siendo que, aunque el nombre refiere a 25 títulos, la colección final quedó integrada por 27 obras de autoras y autores latinoamericanos, seleccionadas en especial para el público joven.
Durante su intervención, Brugada destacó el sentido cultural de la propuesta: «Y son libros que ya lo van a describir, pero son de una colección hermosa también, de 27 obras de autoras latinoamericanas que fueron seleccionadas para la juventud de Nuestra América, como la llamó José Martí, el continente de las venas abiertas, de las gestas compartidas y del destino común».
A lo que agregó: «Las letras en manos de nuestros jóvenes son una herramienta de construcción de paz y una llave que abre mundos y que también hace preguntas. Esta iniciativa democratiza la lectura, rompe los muros invisibles de la desigualdad y garantiza el acceso cada vez más universal de la cultura».
El papel del FCE y la gratuidad como eje central
En el caso de los géneros, se incluyen poesía, cuento, novela y ensayo; las entregas se realizan de manera simultánea en países como México, Argentina, Chile, Colombia, Perú, Venezuela y Guatemala, con ediciones impresas en distintos puntos de la región. Paco Ignacio Taibo II explicó que la colección se construyó a lo largo de más de dos años, con negociaciones editoriales complejas y acuerdos internacionales, pero el proceso incluyó el respaldo de editoriales y herederos de autores de la literatura latinoamericana.
Asimismo, el director del FCE sostuvo que el impacto social de eliminar el factor económico: «El número de 2 500 000 en todo el continente rompe la barrera del dinero, que no se puede decir que un joven en la selva amazónica peruana no pudo leer por un problema de dinero, que no se pueda decir que un estudiante en la Ciudad de México no pudo leer el libro que quería leer por un problema económico», indicó el funcionario.
De igual manera, la lógica de esta idea no es solo regalar libros, sino fomentar su circulación: que se lean, se compartan y pasen de mano en mano. Sin embargo, clubes de lectura, bibliotecas comunitarias y organizaciones culturales participan de la distribución. Por eso Sheinbaum vinculó la lectura con los procesos de conciencia social y transformación colectiva, en la semana en la que habló de la reforma electoral.
