Durante la conferencia matutina, Claudia Sheinbaum volvió a enfrentar un episodio más de la guerra de versiones que circula a diario en redes sociales. Con tono firme, se refirió a las acusaciones que señalan una presunta intervención del gobierno en el triunfo de Fátima Bosch en Miss Universo. Para ella, esos señalamientos no solo carecen de fundamento, sino que reflejan una desesperación creciente en ciertos grupos opositores.
La respuesta directa de Claudia Sheinbaum
Bajo este aspecto, la presidenta relató cómo los montajes digitales y los rumores se incrementaron en las últimas semanas, amplificados por cuentas que buscan generar escándalo, pero habló de burlas, de videos sacados de contexto y de intentos por hacer ver cualquier situación como un conflicto nacional.
«Es mucha desesperación», señaló, mostrando una mezcla de incredulidad y hartazgo; así se dio a conocer la noticia de cómo ganó el premio a Fátima. Sin embargo, Sheinbaum no dejó espacio para dudas porque calificó como absurdas las versiones que afirman que el triunfo de la tabasqueña Fátima Bosch en Miss Universo obedeció a intereses políticos o económicos ligados a Morena.
Desde el Palacio Nacional, lo dijo sin problemas: «Es hasta ridículo. Evidentemente no, es falso. No hay que hacer caso de esas cosas». La presidenta explicó que, así como hay campañas de desinformación en temas de gobierno, también existen intentos por convertir cualquier acontecimiento mediático en un supuesto acto de manipulación oficial.
También recordó que los cuestionamientos surgieron después de que Bosch fuera víctima de un acto de discriminación por parte de Nawat Itsaragrisil, presidente de Miss Universo Tailandia, quien la llamó «tonta» en dos ocasiones. Ese episodio generó solidaridad entre las concursantes y reforzó la percepción de que la joven había actuado con dignidad.
El mérito de Bosch y la defensa pública
La presidenta destacó que Bosch ganó por méritos propios y señaló su gran capacidad para enfrentar un momento incómodo durante el certamen, pero para la líder mexicana, ese gesto de hablar, reclamar respeto, no quedarse callada, dice más de la joven que de cualquier conspiración.
Cabe mencionar que le envió una felicitación sincera y reconoció el valor emocional que implicó alzar la voz ante un trato injusto. «Ella, además de tener su mérito, levantó la voz cuando trataron de minimizarla», dijo la presidenta, demostrando que mereció reconocimiento, pues mostró carácter.
Lo cierto es que el apoyo a Bosch no se limitó al gobierno porque varias concursantes extranjeras se solidarizaron públicamente después del incidente; ese gesto internacional también desmonta la idea de un favoritismo interno, porque el respaldo llegó desde fuera del país, sin relación con actores políticos mexicanos.
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