Así lo informó la mandataria nacional durante su conferencia matutina habitual, rechazando la decisión del vecino del norte de crear «áreas de defensa» en la frontera, con su respectivo aumento de presencia militar estadounidense en la frontera norte.
Sheinbaum en contra de las «áreas de defensa»
Durante su conferencia matutina habitual, desde el Palacio Nacional, la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo, rechazó categóricamente la decisión del gobierno de los Estados Unidos de incrementar su presencia militar en la frontera que comparte con el país azteca.
“Nosotros no vamos a hacer un acuerdo de ese tipo. Ellos tienen derecho a hacer en su país lo que determinen. Nosotros también tenemos derecho a decir que no estamos de acuerdo”, explicó la mandataria a los medios de prensa presentes.
Las declaraciones de la presidenta Sheinbaum, se dan en el marco de la creación de una nueva zona militar restringida en el lado estadounidense de la frontera, con el despliegue de tropas militares y de seguridad adicionales, para aumentar los controles migratorios en los pasos fronterizos.
En este sentido, la mandataria nacional expuso su desacuerdo, reconociendo que la problemática migrante que tiene a México y Estados Unidos como principales protagonistas, es «fundamentalmente» social y, por lo tanto, la solución requiere de la cooperación para el desarrollo y no el endurecimiento de políticas represivas y anti migratorias.
“Nosotros tenemos derecho a decir que no estamos de acuerdo, pero ellos han tomado esa decisión de poner más presencia militar en su frontera sur para evitar la migración. Nosotros creemos que la orientación debe ser distinta y lo planteamos siempre, pero de ninguna manera nosotros, imagínense, vamos a acordar una cosa así”, explicó Sheinbaum.
Lo que decidió el Pentágono
Las declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum, hacen referencia a la decisión reciente del gobierno de los Estados Unidos de crear «áreas de defensa» en la frontera que comparte con México. Estas serían extensiones de bases militares ya consolidadas, por lo que estarían en condiciones de multar, detener y enjuiciar a los migrantes que intenten pasar por la región sin los documentos correspondientes.
Desde la cuenta oficial de la red social X, de la Embajada de Estados Unidos en México, aseguraron que el gobierno del presidente Donald Trump designó «ciertas áreas» de la frontera que comparten ambos países como «áreas de defensa nacional», donde se aplicarían sanciones y controles más duros sobre las personas migrantes.
Estas áreas “se consideran extensiones de bases militares de Estados Unidos y cualquier persona no autorizada que ingrese en estas zonas será objeto de multa, arresto, enjuiciamiento y encarcelamiento”, expuso el cuerpo diplomático estacionado en la Ciudad de México, en un mensaje publicado en español.
La publicación de la embajada estadounidense termina con un mensaje claro a las persona que intentan cruzar la frontera por fuera de los medios legales: “NO ENTRES (sic), arriesgas tu libertad en un viaje destinado al fracaso”.
Para ser más exactos, el Pentágono confirmó que tomaría posesión de una franja de territorio con una extensión de más de 100 kilómetros, que pasará a formar parte de la base de Fort Bliss, cerca a El Paso.
Más militares, menos detenciones
Curiosamente, desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, para oficiar como presidente durante su segundo mandato, las detenciones por cruces ilegales en la frontera sur de los Estados Unidos cayeron en picada.
Se estima que, desde la asunción de Trump, solo se han realizado alrededor de 30 mil detenciones por cruces ilegales o falta de documentación oficial en el pasado mes de febrero. Una cantidad mucho menor a la que su predecesor, el ex presidente Joe Biden, había alcanzado al final de su mandato, habiendo registrados unos 124 mil arrestos en situaciones similares durante el mes de diciembre.
Está claro que la problemática migrante en la frontera que comparten Estados Unidos y México es una de las mayores problemáticas sociales que hasta el día de hoy no parecen tener una solución clara. Y es que, mientras desde el Palacio Nacional se exhorta a mejorar la calidad de vida en aquellos lugares que expulsan a su gente por la falta de oportunidades, desde la Casa Blanca la respuesta no parece cambiar, sino volverse incluso más virulenta con el cambio de gobierno.