México está teniendo un cambio importante y necesario en su movilidad; los coches de baterías son lo que todos quieren, pero pueden generarnos un dilema. A pesar de su impacto positivo en el ambiente, hay algo de lo que poco se discute con esa expansión. Si estás a punto de iniciar el nuevo año con un coche eléctrico o híbrido, esta información te puede ser útil para entenderlo todo.
¿Los coches con baterías pueden ser un problema en México?
La transición en movilidad es un tema que la mayoría de los países quiere lograr. El objetivo es minimizar en lo posible el número de coches con combustible fósil, para que sea una movilidad limpia, renovable y sin contaminaciones para el ambiente.
Aunque hemos visto un aumento considerable, pues hace unos años era impensable comprarse un coche eléctrico. Cualquiera te diría que era una locura; se veían muy pocos en las calles, precios muy altos, poca posibilidad para repostar; en fin, se convertían en un problema.
Hoy en día, eso ha cambiado y los coches con baterías son más frecuentes y con buenas posibilidades. Sin embargo, todavía hay limitantes que pueden convertirse en un problema para los usuarios. El dilema es que la industria nacional ha disminuido, los costos siguen siendo altos y hay poca infraestructura de carga.
La movilidad eléctrica se apodera de las calles, pero ¿qué tan cierto es esto?
Para entrar en contexto, empecemos por cómo se maneja la industria automotriz eléctrica en el país y el mundo. Las cifras lo confirman: actualmente, el 9.5 % de los compradores de autos nuevos en México eligen vehículos híbridos o eléctricos, es decir, casi uno de cada diez coches nuevos ya no depende exclusivamente de la gasolina.
Esto es bueno, pero también significa que la industria nacional que se enfoca en coches de gasolina sigue disminuyendo (al menos hasta que Olinia llegue y pueda competir en el segmento eléctrico). Hasta que tengamos el paso nacional a lo eléctrico, seguiremos dependiendo de los coches chinos.
China es quien tiene la mayor participación en fabricación de coches eléctricos, y además, son los más económicos. Por esta razón, siguen siendo los favoritos del público. Pero a su vez, hace que la industria nacional que genera empleo caiga en ventas.
Es cierto que un coche eléctrico puede ser hasta un 70 % más caro que uno de gasolina; el ahorro que se genera en el largo plazo lo compensa. No gastas en combustible, obtienes exenciones en algunos impuestos vehiculares y estarás cuidando al ambiente.
Comparados con otras marcas, China sigue siendo la opción más accesible para los conductores, pues no tienen con quién competir, además de que la infraestructura actual del país no es del todo apta para estos coches. No hay suficientes estaciones de carga, y algunas marcas chinas no tienen refacciones especializadas.
El futuro en la movilidad será con prudencia y planeación
Ante este escenario, la alternativa no es dejar la movilidad eléctrica a un lado, sino hacerlo con prudencia y estrategia. Cuando se analizan los autos eléctricos que no se fabrican en China, los precios suben de forma considerable.
Por esto es indispensable que la industria nacional y local genere sus propios coches eléctricos, como Olinia y este otro que se hace en Sonora. De esta manera, se puede competir directamente con los autos chinos, ofreciendo un precio bajo por la movilidad eléctrica.
Por lo tanto, ante el problema con los autos de batería en México, la estrategia de seguir creciendo la transición con prudencia es lo ideal. Se ha planeado un impuesto adicional a la importación en China, pero esto podría generar que la oferta eléctrica en el país sea reducida. Y por ende, los coches eléctricos quedarán en el olvido, dando paso nuevamente a los de gasolina que contaminan el ambiente.