El tren maya ha dejado al descubierto auténticas joyas del mundo maya. Durante las excavaciones y labores de rescate arqueológico vinculadas a las obras del Tren Maya, un equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia ha desenterrado un sorprendente tesoro arqueológico: nueve tableros de patolli, un antiguo juego mesoamericano.
Este hallazgo, data del periodo Clásico Tardío (600-900 d.C.) y ha llamado la atención tanto de historiadores como de arqueólogos.
El Patolli: Un juego sagrado y milenario en Mesoamérica
El patolli, cuyo nombre deriva del náhuatl y significa «frijol», fue uno de los juegos más populares de la América prehispánica, practicado desde tiempos teotihuacanos (200 a.C.) hasta la época mexica (1521 d.C.).
En él, los jugadores usaban como fichas pequeñas piedras de colores o frijoles, que lanzaban como dados sobre un tablero en forma de cruz dividido en 52 casillas. A primera vista, el juego guarda similitudes con el parchís, pero en realidad, el patolli tenía un significado mucho más profundo: simbolizaba el calendario mesoamericano, y sus partidas se realizaban como parte de ceremonias religiosas para honrar a los dioses y reforzar ciclos calendáricos y agrícolas.
Asociado a deidades como Macuilxóchitl, dios mexica del juego, la danza y la música, el patolli representaba una conexión directa entre la vida cotidiana y el mundo espiritual, convirtiéndolo en un elemento fundamental de la vida ceremonial.
Los nueve tableros de patolli: estilos y técnicas de preservación
Los nueve tableros descubiertos en Xpujil presentan una gran variedad de estilos y formas, lo cual destaca la riqueza cultural y la diversidad de adaptaciones de este juego a lo largo del tiempo. Entre los hallazgos se incluyen dos tableros circulares y cuatro cuadrados, mientras que los demás presentan líneas menos definidas, dificultando su identificación. Este abanico de diseños sugiere diferentes momentos de construcción y uso de los tableros, lo que permitirá a los arqueólogos estudiar más a fondo la evolución de las estructuras y su propósito en el contexto ritual.
Sin embargo, el estado de conservación de los grabados era delicado, presentando grietas y abrasión debido a su antigüedad. Para proteger estos tableros, el equipo de restauración del INAH documentó cada uno de los patollis, luego estabilizó el estuco con inyecciones de agua de cal y aplicó otros estabilizadores antes de proceder a su extracción.
Posteriormente, fueron embalados y trasladados al Laboratorio de Restauración de Chetumal, donde especialistas llevarán a cabo estudios para profundizar en su datación y composición.
Impacto cultural y la controversia en torno al Tren Maya
El hallazgo de los patollis en las excavaciones del Tren Maya subraya el enorme valor arqueológico y cultural de la región, pero también reaviva la controversia en torno a este proyecto de infraestructura.
A pesar de las protestas de grupos ecologistas y las advertencias de especialistas en arqueología y biología, el proyecto sigue adelante con el respaldo del gobierno. La promesa de preservar el patrimonio cultural durante la construcción ha sido un compromiso constante del INAH, que ha establecido equipos de rescate arqueológico a lo largo de toda la ruta del tren.
Un hallazgo que enriquece la historia mesoamericana como nunca
El descubrimiento de los nueve tableros de patolli no solo añade un capítulo importante a la historia mesoamericana, sino que también ofrece una oportunidad para que la sociedad reflexione sobre la importancia de conservar el patrimonio cultural en medio del avance moderno.
Los tableros permiten a los arqueólogos y al público conocer un poco más sobre las prácticas de juego y rituales de las antiguas civilizaciones que habitaron esta región hace más de mil años. Cada uno de estos patollis es testimonio de una rica tradición de juego, ceremonia y vida social, y su hallazgo invita a valorar su legado.