En Europa han encontrado una solución para la movilidad, usar el viento en los autos para que sean impulsados energéticamente. Esto podría ser la gran transformación que muchos países esperan, incluido México, para adoptar formas de movilidad que no contaminen. Una alternativa al repostaje de coches que podría ser la clave para su adopción masiva.
¿Coche que se mueven con el viento? Así lo hacen en Europa
Los autos eléctricos llegaron para resolver un serio problema mundial: la movilidad que contamina el ambiente, pero el tema de recargarlos, también ha dejado otro dilema sobre sus hombros. Pocos países cuentan con capacidad suficiente en sus sistemas energéticos tradicionales para soportar su carga.
En Europa decidieron usar a su favor los vientos que soplan del Mar del Norte. Una zona que se ha convertido en una auténtica fábrica de viento, y gracias a ello, los autos pueden ser impulsados sin necesidad de quedarse a oscuras por una sobrecarga al sistema eléctrico.
No se trata de coches eólicos como tal, sino de autos eléctricos que son recargados gracias a una estrategia de recursos renovables que permite usar la energía eólica como fuente de carga. Los autos se recargan normalmente de la electricidad, pero la misma, proviene de los vientos.
Una tecnología que podría servir para México y el problema con la infraestructura eléctrica
Sabemos que el tema energético es complicado en la actualidad. Las altas tecnologías, como IA y centros de datos, están consumiendo gran parte de nuestro sistema energético. Por lo tanto, sumarle la carga de coches eléctricos, puede convertirse en un desastre.
Ante esta situación, Europa decidió usar una red interconectada de generación eólica, que fluye hacia donde más se necesita, convirtiéndose en una solución colectiva a las demandas energéticas. Es decir, son varios los países que pueden intercambiar energía, por medio del viento que se produce en el Mar del Norte.
Esto se logra mediante cables submarinos que conectan varias regiones de Europa, cruzando mares, fronteras y todo lo que se les atraviese. De esta manera, no se usa la energía eléctrica para la carga de los autos, sino que se estaría usando la que proviene de los vientos.
Para los usuarios, no perciben cambios, pero en la red eléctrica sí que se notan. Por otra parte, China se decidió por otra alternativa que implica el cambio de las baterías para no recargar por horas. El punto sigue siendo el mismo, tomar fuentes renovables para hacer el repostaje de los eléctricos.
En el caso de la red de energía eólica conectada en Europa, permite que el viento que sopla frente a Dinamarca, Alemania o Escocia, sea quien se encargue de su carga. Y ya están intentando duplicar estas conexiones en varios países, algo que se podría replicar en Latinoamérica para que podamos adoptar la electrificación.
El futuro de la movilidad eléctrica son las redes compartidas
Si cada kilómetro que corres en tu coche eléctrico, proviene de una fuente renovable como es la eólica, el impacto ambiental se reduce al máximo. De nada nos sirve tener coches eléctricos, cuando su medio de carga proviene de combustibles fósiles contaminantes.
Mientras que, si cada coche eléctrico se recarga con energía de parques eólicos marinos, que no contaminan, no ocupan espacio innecesario, ni hacen daño al ecosistema, resolvemos uno de los grandes desafíos. Aunque no todo es tan simple, hay varios retos que superar.
El sistema compartido necesita de mantenimiento y mucha organización entre los países aliados. La seguridad de estos cables, es vital, pues alguna interrupción también comprometería el sistema, dejando a países sin el suministro. Tal vez por esa razón, Alemania prefiere apostar por la gasolina del futuro en sus coches.
Sin embargo, pese a esos desafíos, las redes de integración energética que impulsan los coches por medio del viento, son una gran alternativa verde. Se puede suministrar electricidad a millones de personas, usando lo que la misma naturaleza nos ofrece: el viento. Los planes de Europa son ampliar su red para unos 110 GW en 2040, así como crear nuevas fuentes verdes para evitar la dependencia.
