México lleva décadas como uno de los destinos más importantes para la industria automotriz, esto se debe a su costo laboral competitivo, una red de tratados comerciales y una fuerza laboral calificada, siendo que se transforma en el centro de producción más importante para América del Norte.
La reorganización de cadenas de suministros y la transición hacia vehículos eléctricos llevaron a algunas empresas a repensar sus prioridades. Con sus plantas en Silao hasta las líneas de ensamblaje en Toluca, el país fue importante para fabricantes como General Motors, Ford y Volkswagen. Pero la presión política de Estados Unidos.
En este tramo, México mantiene su infraestructura industrial, nuevas decisiones empresariales parecen esquivar su territorio. Ante los hechos, surge una duda: ¿México se encuentra perdiendo nuevas inversiones del sector?, esto se da porque General Motors iría en esa dirección pese a que sus autoridades muestran lo contrario.
El anuncio importante que llega por el lado de General Motors
La empresa anunció esta semana una inversión de US$ 4000 millones que se repartirá entre tres plantas ubicadas en Estados Unidos: Michigan, Kansas y Tennessee. Esto sería una apuesta fuerte para seguir la producción de vehículos a gasolina en un momento en que otros fabricantes ya aceleran la transición eléctrica.
A partir del año 2027, Chevrolet Equinox y Blazer, dejarán de ensamblarse en territorio mexicano y pasarán a fabricarse en EE.UU, según informó Reuters, pero el GM sostiene que las operaciones seguirán en México, la reubicación de estos modelos señalan un ajuste importante.
Lo cierto es que, esos 4000 millones de dólares se podrían haber invertido en México, pero tras la presión arancelaria que se inició en lo que va del gobierno de Donald Trump, la empresa habría optado por sumar una mayor presencia industrial en territorio estadounidense.
El secretario de Economía de México, intentó contener la inquietud
En un comunicado emitido por el actual secretario de Economía mexicano, Marcelo Ebrard, aseguró que GM le indicó que no tendrá despidos ni cierre de plantas en el país, pero no menciona si la producción será recolocada o reubicada, dejando lugar a interpretaciones.
En el caso de las plantas de Fairfax, en Kansas, sumará a la linea de producción el Equinox a gasolina, mientras que la Blazer será trasladada a Spring HIll, Tennessee. Esto indica que ensamblarán en México pese a que esa producción seguirá para mercados fuera de Norteamérica.
Asimismo, portavoces de la Casa Blanca celebraron este anuncio porque estas decisiones industriales responden a un compromiso con el empleo local. General Motors también invertirá otros 888 millones de dólares en su planta de Nueva York, centrada en motores de combustión.
La industria automotriz mexicana, deberá adaptarse
Si bien otras marcas automotrices ponen como prioridad los vehículos eléctricos, la empresa General Motors decidió dar un paso atrás o frenar por un tiempo, ese rumbo. Lo que podría estar vinculado tanto a las ventas estancadas de autos eléctricos como a una negociación indirecta con la administración norteamericana.
De esta forma, hay quienes señalan que la compañía necesita regular para cumplir con los objetivos de electrificación, tras esto, GM podría ofrecer más empleos en suelo estadounidense, lo que explicaría reutilizar plantas en lugar de construir nuevas.
La presidenta de General Motors, Mary Barra, sostiene que «creen el futuro del transporte impulsado por la innovación y la experiencia de fabricación estadounidenses», indicando que no abandona la rentabilidad y prioridad interna. Lo más importante es que el dinero no iría para México de la misma manera que antes, pero las plantas nacionales seguirán operando dejando en evidencia que parte del protagonismo se está desplazando y por eso el país deberá adaptarse a las nuevas reglas del juego.