Al comprar un coche, es común enfocarte en que sea potente, que tenga buen equipamiento, o que parezca moderno y no tenga ningún secreto. También en las promociones, los financiamientos y hasta el seguro se convierten en factores importantes para tomar una decisión, pero hay algo más, un secreto, de lo que poco se habla que puede tener un impacto económico igual o mayor que esos elementos.
Lo cierto es que, creemos que ciertos aspectos del coche son meramente estéticos o superficiales, algo que se elige por gusto o por costumbre. Así, la experiencia en el mercado automotriz indica que hay decisiones menores que pueden convertirse en un gran error o en una buena jugada financiera.
Cabe mencionar que si bien nadie quiere perder dinero al vender su vehículo, muchos lo hacen sin saberlo, pero de hecho, un simple detalle puede marcar una diferencia de decenas de miles de pesos al momento de la reventa.
Pocos se detienen a pensar en un detalle que podría afectar el valor del vehículo
Al parecer el color del del auto podría tener un impacto económico real, o al menos eso lo indica un estudio reciente de iSeeCars, que es una plataforma especializada en el mercado de autos usados, que analiza más de 1.2 millones de vehículos con tres años de antigüedad.
Así fue como esta empresa llegó a una conclusión clara: hay colores que hacen que un coche conserve mejor su valor, y otros que lo deprecian con fuerza. En algunos casos, la diferencia puede superar los 57 000 pesos mexicanos.
De esta forma, el análisis revela que tonos como el amarillo, naranja o verde, pese a ser poco comunes, presentan mejores porcentajes de retención de valor. Por ejemplo, en el caso de un auto amarillo pierde en promedio solo el 24% de su valor original en tres años, mientras que uno blanco o dorado puede llegar a perder hasta un 34,4%.
Por qué algunos colores protegen mejor tu inversión: el secreto
Lo más importante a destacar acá es la oferta y la demanda, en el caso de los colores poco populares no se producen en grandes cantidades, lo que indica que cuando un comprador busca uno de esos modelos, no suele tener demasiadas opciones, esto eleva su precio y reduce la presión para venderlo barato.
Ahora bien los autos blancos, negros y grises son los más producidos, su abundancia en el mercado secundario hace que la competencia por venderlos sea mayor, que empuja los precios hacia abajo, lo que explica por qué muchos coches blancos terminan valiendo 3000 dólares menos que sus equivalentes en tonos más llamativos.
En lo que respecta al coche naranja pierde en promedio solo 9951 dólares tras tres años, mientras que un dorado pierde U$S16 679, marcando una diferencia de más de 6700 dólares puede ser decisiva si estás pensando en cambiar de vehículo o solo quieres maximizar tu inversión.
La influencia del color cambia también según el tipo de vehículo
En camionetas, el naranja y el verde tienen los mejores resultados, en parte porque muchas versiones deportivas, como las Raptor o Tacoma TRD, se ofrecen en esos tonos. El color blanco y el beige son muy usados en flotillas, pero sufren caídas de valor más agresivas.
De igual manera, en los sedanes el verde fue uno de los colores con peor desempeño, perdiendo casi el 34% del valor, pero el naranja y el amarillo fueron los grandes beneficiarios. En las minivans, los tonos discretos como el marrón y el plateado obtienen mejores resultados, y en coupés o convertibles, cuanto más brillante, mejor.
Al parecer, muchas personas eligen colores “seguros” como blanco, negro o gris porque piensan en estética, facilidad de limpieza o “valor universal”. Pero la data demuestra que esta lógica puede salir cara por eso, la próxima vez que estés por comprar un vehículo, considerar un color poco convencional podría ser el secreto para evitar una pérdida innecesaria.