El incidente ocurrió durante la presentación y puesta en funcionamiento de un buque de última generación de la Marina norcoreana. El líder del régimen de Pyongyang denunció la negligencia de los operarios y calificó el error como un «acto criminal».
Una botadura accidentada
En un acto que se esperaba, fuera una nueva demostración del poderío militar del régimen de Corea del Norte, el nuevo buque tipo destructor de 5.000 toneladas, parte de la clase Choe Hyon, fue protagonista de un insólito accidente que arruinó su ceremonia de botadura.
El fallido despliegue del nuevo destructor de Corea del Norte ocurrió durante la ceremonia de lanzamiento en el puerto de Chongjin, en la costa noreste norcoreana.
Aparentemente, hubo un fallo técnico en el mecanismo de botadura que impidió que la proa del barco se liberara de forma correcta, lo que provocó que el buque volcara lateralmente, dejando sumergido uno de los costados de la embarcación.
Debido al incidente, el casco sufrió daños significativos, incluyendo algunas secciones que fueron aplastadas por el propio peso de la embarcación y la alteración del equilibrio del destructor.
Al mismo tiempo, debido a que la nave quedó parcialmente sumergida, es posible que se descubran más daños internos que impliquen la necesidad de reparaciones mayores y más extensas. Según la versión oficial, se estima que el periodo de reparación será de apenas diez días.
Los expertos atribuyen el fallo en el estreno de la nueva embarcación norcoreana, al uso de métodos de botadura poco familiares para los operadores norcoreanos y la falta de experiencia en operaciones de este calibre, así como una distribución incorrecta del peso que llevó a una inestabilidad general del buque durante su lanzamiento al agua.
El destructor, desarrollado según los rumores con asistencia rusa, fue diseñado para portar misiles nucleares tácticos de corto alcance. No obstante, el régimen de Pyongyang no ha demostrado capacidad de disminuir el tamaño de las ojivas nucleares al punto de poder integrarlas en el sistema de armas de la embarcación.
Una investigación en busca de responsables
Según reportes de la agencia de noticias oficial de Corea del Norte, KCNA, el gobierno liderado por Kim Jong Un ya comenzó una investigación para determinar y sancionar a los responsables del fallido lanzamiento del que iba a ser su segundo destructor naval, mientras se baraja la posibilidad de nuevas sanciones económicas a sus aliados rusos.
Si bien las autoridades del régimen norcoreano aseguraron que la embarcación no sufrió daños de gravedad, las imágenes satelitales difundidas por observadores independientes presentan un buque ladeado, parcialmente cubierto por lonas azules y con secciones sumergidas.
El optimismo por una reparación rápida y sin contratiempos que enfatizan las fuentes oficiales, va a contramano de las opiniones de expertos en la materia, como Lee Il Woo, analista de la Red de Defensa de Corea del Sur.
El funcionario surcoreano afirma que el barco, probablemente sufrió serios daños, incluidos posibles agujeros en el casco y la inundación de la sala de máquinas. A lo que añadió que las reparaciones, según sus estimaciones, podrían tomar más de un año.
La furia de Kim Jong Un
Tras la frustrada botadura, por un error evidentemente humano, el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, se expresó furiosamente, definiendo el incidente como un «acto criminal».
Por su parte, la Comisión Militar Central del régimen de Pyongyang tuvo expresiones similares a las de su líder supremos, asegurando que este «acto criminal imperdonable» será investigado seriamente, y sus responsables enfrentarán duras consecuencias.
Si bien en este caso, un accidente por negligencia o falta de experiencia dejó a las fuerzas militares de Corea del Norte en ridículo, el intento de lanzar el segundo destructor de su fuerza naval es una evidencia clara de que el régimen del líder supremo Kim Jong Un, está preparando sus fuerzas y reforzando su estructura bélica.
La ambición del líder norcoreano de conquistar Seúl no es desconocida, y las consecuencias de una escalada militar entre las vecinas Corea del Sur y Corea del Norte, es una de las hipótesis de conflicto constantemente abiertas en el mundo. La que tiene la mayor probabilidad de arrastrarnos al resto a una Tercera Guerra Mundial, algo que hasta Donald Trump parece querer evitar tanto como sea posible.