El presidente Donald Trump confirmó una medida que golpeará la economía brasileña: un arancel elevado sobre productos que ingresen al mercado estadounidense luego dio un mensaje político en favor del expresidente Jair Bolsonaro.
Así, el líder republicano aprovechó su plataforma en redes sociales para argumentar que Brasil mantiene prácticas injustas en comercio y restringe libertades que afectan a empresas norteamericanas. Además, apuntó directamente contra el proceso judicial que enfrenta Bolsonaro, exigiendo que cese de inmediato.
Mientras tanto, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva evalúa posibles respuestas ante lo que considera una ofensiva comercial y diplomática sin precedentes. La disputa se da en un contexto de rivalidad geopolítica en donde se ve la expansión del bloque BRICS.
Un arancel inesperado que sacude la balanza
De todas formas, Trump confirmó que aplicará un arancel del 50% a todos los productos procedentes de Brasil a partir del 1 de agosto. La medida sorprendió a analistas, ya que hasta abril el gravamen previsto era de apenas un 10%, pero el argumento oficial apunta a un historial de políticas comerciales “injustas”.
El presidente norteamericano aseguró que durante años Brasil estableció barreras que perjudicaron el intercambio bilateral (también Trump lleva a los tribunales a California). En una carta enviada a Lula, la Casa Blanca formalizó la sanción y ordenó una investigación bajo la Sección 301 del Trade Act.
Según Trump, las trabas brasileñas afectan sectores clave como el comercio digital y limitan la libertad de expresión de empresas y ciudadanos estadounidenses, este fue el motivo por el que justificó la medida como una defensa de la economía y la seguridad nacional de su país.
Esta decisión deja un mensaje político: apoyo a Bolsonaro
Más allá de la dimensión económica, la decisión tiene un fuerte trasfondo político porque el republicano volvió a expresar su respaldo al exmandatario Jair Bolsonaro, quien enfrenta un proceso por presunta conspiración para desconocer el triunfo electoral de Lula en 2022.
A través de su red Truth Social, el mandatario estadounidense calificó el juicio contra Bolsonaro como una “vergüenza internacional” y una “caza de brujas”, por eso eligió de manera contundente, pedir que Brasil deje de perseguirlo, asegurando que se trata de una maniobra política para silenciar opositores.
Por otro lado, la embajada de Estados Unidos en Brasil difundió un comunicado donde reitera la importancia de Bolsonaro como socio estratégico de Washington, esto generó la reacción inmediata del gobierno brasileño, que convocó al encargado de negocios para exigir explicaciones.
Los BRICS y la disputa por la moneda global
El choque comercial también se conecta con el rol de Brasil en los BRICS, el bloque que comparte con Rusia, India, China y Sudáfrica. Lo cierto es que el mandatario norteamericano fue crítico del grupo y de su intención de impulsar una divisa propia que pueda competir con el dólar, la estrategia apunta a reforzar la protección de la industria estadounidense frente a bloques emergentes.
El mandatario republicano calificó de “antiestadounidense” la postura de los BRICS pero incluso amenazó con un arancel extra del 10% para los países miembros si continúan impulsando políticas que, a su juicio, socavan la hegemonía del dólar. En los últimos días, Trump extendió sanciones a países como Filipinas, Brunei, Libia y Moldavia, con tarifas que oscilan entre el 20% y el 40%.
En su momento, Lula advirtió que respondería “de forma recíproca” a cualquier medida adicional, y también ya hubo una reunión entre líderes de los BRICS. Ahora, el Ejecutivo evalúa opciones para contrarrestar la suba arancelaria y proteger a sectores estratégicos como acero, aluminio y agroindustria. El Congreso brasileño y empresarios locales presionan para mantener canales de diálogo, pero también busca apoyo en organismos multilaterales para frenar lo que califica de “medidas proteccionistas arbitrarias”.