Después de conocer los resultados de las elecciones, en Santiago ya se instauró la transición. Ya sin las bregas de las campañas y sin la tensión que produce conocer el cómputo voto a voto, la política chilena puso la marcha en otro sentido. No hubo tiempo para descansar. En el mismo instante que se confirmaron los resultados, se pusieron en marcha todos los mecanismos para que la transición del mando hiciere transcurrir por los carriles correctos.
Un resultado que fue abrumador
Para explicar la escena política de hoy hay que ver la contundencia de los números del domingo. La segunda vuelta no dejó resquicio. José Antonio Kast, presidente del Partido Republicano, obtuvo una victoria contundente, un 58,16% de los votos, dejando a la candidata del oficialismo, Jeannette Jara, que cerró, a su vez, en un 41,84%. Esa diferencia le da a Kast un potente piso político, pero al mismo tiempo marca el inicio de una carrera contra el tiempo: tiene hasta el 11 de marzo del 2026 para construir su equipo y hacerse cargo del Estado.
Este periodo de transición, de poco menos de tres meses, es quizás el más delicado. El gobierno saliente debe cerrar su ciclo y preparar informes, mientras el entrante necesita un diagnóstico real sobre la economía y la situación social. Por eso, el mensaje que ha primado en las últimas horas es el de «recuperar la paz» y colaborar. La democracia impone estas formas. El que ganó debe tener todas las herramientas para gobernar, y el que se va tiene el deber de entregarlas de forma transparente.
El primer cara a cara
Cumpliendo con la palabra empeñada la noche anterior, el Presidente Gabriel Boric abrió las puertas del Palacio de La Moneda para recibir a José Antonio Kast. Fue la primera reunión de trabajo presencial entre ambos tras la elección. Kast llegó acompañado de su esposa, Pía Adriasola, en un gesto que le dio un carácter protocolar pero también personal a la cita en la sede de Gobierno.
Antes de entrar al despacho privado, Kast se tomó un momento con la prensa para bajar las revoluciones y definir el tono del día. Primero agradeció la invitación de Boric y dijo esperar un «encuentro republicano», con el objetivo muy práctico de que el actual mandatario le explique «todas las dificultades que actualmente hay en el país». Minutos después, fue el propio Boric quien confirmó el éxito de la cita en sus redes. Lo hizo publicando un video del saludo y asegurando que el objetivo es claro: iniciar un «traspaso de mando ordenado y ejemplar».
Promesas de colaboración
La reunión tuvo como motivo la lógica continuidad que tuvo el llamado desde la elección el domingo por la noche ante la que estuvo atenta todo Chile. En esa llamada, que se ha convertido en un clásico de la política local, Boric felicitó al líder de la derecha y dejó una frase que hoy tiene sentido: «El cargo conlleva una gran responsabilidad… quiero que sepa que como presidente y pronto expresidente, siempre estaré a su disposición para colaborar con los destinos de la Patria».
La posición de Kast fue la de pedir por una transición respetuosa y aprovechar la experiencia de Boric para conocer mejor el estado de la nación. «La capacidad de trabajar por el bienestar de Chile es lo que alimenta y hace avanzar a nuestro país», se le oyó comentar a Boric en la conversación. Así, tras un apretón de manos y una conversación de puertas adentro, se cierra oficialmente la campaña y comienza el trabajo de empalme de dos visiones de país que, si bien son opuestas, hoy demostraron que pueden sentarse a conversar.
