La megaobra de infraestructura, ubicada en la región de Xinjiang, reducirá considerablemente los tiempos de viaje para poder cruzar las áreas montañosas y facilitará la conexión entre localidades de una de las zonas estratégicas de la provincia, dando comienzo a una nueva era de integración y conectividad en el corazón de Asia.
Un megatúnel que atraviesa las montañas chinas
Finalmente, se dio la inauguración de una de las obras de infraestructura civil estratégica más colosales de la historia reciente de la humanidad. En el noreste de la República Popular de China, las autoridades inauguraron oficialmente el túnel Shengli, la estructura subterránea diseñada para funcionar como parte de una de las autopistas más largas del mundo, que se extiende a lo largo de más de 22 kilómetros por el interior de la cordillera de Tianshan.
Este extenso túnel conecta el norte y el sur del territorio autónomo uigur de Xinjiang, siendo uno de los avances en infraestructura civil china más monumentales de los últimos años, reduciendo de manera considerable los tiempos de viaje a través de las montañas, que anteriormente requerían de carreteras serpenteantes que rodeaban la cordillera, extendiendo por varias horas el recorrido de un punto al otro.
Así, el túnel Shengli se constituyó como un tramo esencial de la autopista Urumqi-Yuli (G0711), una carretera que reducirá a apenas 20 minutos el traslado desde la capital regional, Urumqi, a la ciudad de Korla. La autopista completa alcanza una longitud de entre 319 y 325 kilómetros y requirió de una inversión total de unos 46 700 millones de yuanes (más o menos unos 6630 millones de dólares).
Una China cada vez más conectada
Si bien la megaobra de infraestructura que significó la creación del Shengli ya es una hazaña a tener en cuenta, entre sus características principales se destaca la construcción de dos carriles para el tráfico y un camino central para el uso de los servicios de emergencia. Está constituido por cuatro carriles de doble sentido por los que se podrá circular hasta a 100 kilómetros por hora.
Otro detalle a destacar es su segundo pozo de ventilación, una estructura cavada de más de 706 metros de profundidad que supera en altitud a la Torre de Shanghái, la estructura más alta del país. Se empezó a construir en abril del año 2020 y, obviamente, se enfrentó a varios desafíos tanto técnicos como ambientales.
Debido a las condiciones climáticas de la cordillera de Tianshan, que llega a tener altitudes superiores a los 2500 metros sobre el nivel del mar, el proceso tuvo que ser dividido en varias partes donde se utilizó maquinaria de perforación adaptada especialmente para cada trayecto del desarrollo. Con ello, los ingenieros y técnicos chinos lograron reducir el tiempo estimado en un 25%, implementando durante el desarrollo los sistemas de contención de desechos y reciclaje de materiales necesarios para proteger el glaciar de Tianshan y el hábitat del leopardo de las nieves.
Una obra con gran impacto social
Desde su inauguración oficial, el megatúnel ya ha generado un impacto logístico y social bastante considerable, al reducir el tiempo de viaje entre Urumqi y Korla de unas 7 horas a poco más de tres. Debido a la condición de «museo geológico» que ostenta la cordillera de Tianshan, las autoridades optaron por priorizar la protección del medio ambiente implementando nuevas y avanzadas técnicas de desarrollo para garantizar la seguridad estructural del túnel, haciendo el menor daño posible al ambiente.
A su vez, el desarrollo del Shengli se enmarca en un plan mayor que busca consolidar a la provincia de Xinjiang como un corredor comercial clave dentro del plan de revitalización de la histórica Ruta de la Seda. De esta manera, se utilizarán más eficientemente las reservas energéticas y de recursos naturales de la provincia.
