En su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, António Costa, presidente del Consejo Europeo, lanzó un mensaje contra las prácticas bélicas que atentan contra la dignidad humana porque calificó de “inmoral” el uso del hambre como arma de guerra y pidió a la comunidad internacional asumir una responsabilidad compartida frente a las crisis actuales.
El hambre como táctica bélica: una condena internacional
Costa abrió su discurso recordando que privar de alimentos a poblaciones enteras se ha convertido en un recurso de guerra intolerable. “El uso del hambre como arma de guerra es inmoral”, enfatizó ante la Asamblea, provocando una ovación en la sala.
Según explicó, estas prácticas destruyen vidas inocentes y, al mismo tiempo, minan la confianza en el derecho humanitario. Para ejemplificarlo, puso el foco en Gaza (el presidente de Bolivia pide ante la ONU su intervención para detener), donde la población civil enfrenta lo que describió como “una catástrofe humanitaria que conmociona al mundo”.
Asimismo, la falta de suministros básicos y la imposibilidad de acceder a ayuda internacional agravan, día tras día, el sufrimiento de miles de familias. Sin embargo, Costa advirtió que este tipo de escenarios solo se superan mediante acciones conjuntas y coordinadas, no con discursos vacíos.
En esa línea, reclamó medidas urgentes: “Debemos actuar juntos y exigir la liberación incondicional de todos los rehenes; un alto el fuego inmediato; acceso humanitario pleno y sin trabas”. Para él, la paz empieza por garantizar lo más básico: pan, agua y seguridad para los pueblos atrapados en conflictos.
Oriente Próximo y el llamado a una solución de dos Estados
El presidente europeo profundizó en la situación de Oriente Próximo y reiteró que la solución pasa por la coexistencia de dos Estados; recordó que los palestinos “tienen el mismo derecho a la seguridad y a vivir en un Estado viable”.
También añadió que esa aspiración debe ir acompañada de garantías reales de seguridad para Israel: “Seguridad para ambos pueblos. Dignidad para ambos pueblos”. Por eso, el dirigente no eludió la condena al terrorismo sobre los ataques de Hamás: “Los horribles ataques de Hamás no pueden olvidarse”.
Además, insistió en que la violencia no puede justificar la negación de derechos fundamentales a millones de palestinos, pero su discurso buscó un equilibrio que reconociera tanto el dolor israelí como las carencias históricas del pueblo palestino.
Hasta el momento, la Unión Europea se planta como un socio indispensable en la región y el mayor proveedor de ayuda humanitaria para Palestina, pero gracias a esa asistencia, hospitales y escuelas han podido seguir funcionando en medio del caos. Entonces quiso remarcar que el compromiso europeo no es diplomático, sino que debe ser sostenido a lo largo del tiempo.
Ucrania, multilateralismo y el rol de la Unión Europea según António Costa
De igual manera, el funcionario le dedicó una parte del discurso a Ucrania, pero calificó la invasión rusa como “una clara violación de su soberanía, integridad territorial y del derecho a elegir su propio destino”. Según explicó, aceptar esa ocupación significaría debilitar los cimientos del derecho internacional y poner en riesgo a todos los países representados en la ONU.
Reiteró que la Unión Europea seguirá respaldando a Kiev en varios frentes: ayuda humanitaria, apoyo militar defensivo, reconstrucción futura y garantías de seguridad con el objetivo de lograr “una paz justa y duradera”, capaz de evitar que la agresión vuelva a repetirse. Para ello, insistió en la necesidad de llevar a Moscú a negociaciones serias e importantes.
“El futuro de Ucrania no es un asunto regional, es una cuestión global”, advirtió. A su juicio, lo que está en juego no es únicamente la libertad de un país, sino la vigencia misma del multilateralismo, pero la defensa de Ucrania (la respuesta global que pide Haití en la ONU), concluyó, siendo que también la defensa de los principios que sostienen la convivencia internacional.