Hace semanas, el gobierno de Estados Unidos con Donald Trump a la cabeza, viene en negociaciones con Irán, con intervención de Omán, pero ahora comenzó a retirar su personal diplomático en Medio Oriente, según anunció el Departamento de Estados e incluyó la salida del personal no esencial en la embajada estadounidense en Bagdad, Irak.
Algunas fuentes oficiales indicaron que se trata de una acción preventiva ante el intento de disturbios o ataques contra intereses norteamericanos en la región. Esta orden dio lugar a que ocurriera la salida voluntaria de empleados y familiares en Bahréin y Kuwait.
Lo cierto es que estas decisiones se basan en reportes de inteligencia que apuntan a amenazas directas provenientes del régimen iraní. Pese a que las embajadas operaban con dotación reducida, la nueva directiva fue interpretada como un paso más hacia la contención ante un posible conflicto.
Donald Trump repite un mensaje importante desde la Casa Blanca
Este miércoles por la noche, el presidente Donald Trump, señaló que el personal estadounidense estaba siendo reubicado por razones de seguridad, luego ante la pregunta de la prensa, explicó que no permitirá que las amenazas suban, en relación con los últimos movimientos de Teherán.
Asimismo, el líder republicano indicó una vez más su posición histórica sobre el programa nuclear iraní, sin ser palabras exactas, dejó claro que la adquisición de armas atómicas por parte del régimen persa es inaceptable y se mantuvo firme durante las múltiples rondas de negociación que protagonizó.
Cabe mencionar que esto tiene relevancia por la inestabilidad pero algunos actores regionales e internacionales se preparan para las repercusiones, pero Trump volvió a remarcar que Estados Unidos no permanece pasivo si hay amenazas concretas.
El punto de conflicto era el incremento de uranio por parte de Irán
En Washington piensan en la suspensión total de ese proceso, indicando que es un paso importante a la creación de armas nucleares, el gobierno iraní asegura que su desarrollo es con fines pacíficos, siendo este el motivo en las negociaciones bilaterales.
De igual manera, las conversaciones entre ambos países se estancaron, la respuesta de Irán rechaza las condiciones impuestas por la Casa Blanca. Pese a esto los esfuerzos diplomáticos, no lograron un consenso que permita restablecer los acuerdos anteriores.
Por su parte, esta posibilidad de que Irán obtenga capacidad nuclear despierta inquietud y rechazo no solo en EE.UU sino también en sus aliados, por eso las potencias occidentales mencionan que un Irán armado podría alterar el equilibrio de toda la región.
El temor de una confrontación directa: amenazas desde altos mandos
El ministro de Defensa, Aziz Nasirzadeh, de ese país lanzó la advertencia de que todas las bases norteamericanas en Medio Oriente están dentro de su alcance y que serían blanco inmediato en caso de conflicto, tras esto desde los aliados de Washington y OTAN reaccionaron. «Si hay conflicto, Estados Unidos tendrá que abandonar la región. Todas sus bases están a nuestro alcance», sentenció.
En este caso, el Reino Unido dio la alerta para embarcaciones comerciales que transitan por el Golfo Pérsico, el Golfo de Omán y el Estrecho de Ormuz. Al gestionar esta advertencia gestionada por su Centro de Operaciones Marítimas, recomiendan de manera extrema precaución ante la posibilidad de ataques o incidentes como los que se vieron en otros años.
En este caso, al tener una confrontación muy cerca, hace que varios gobiernos revisen sus estrategias de presencia en Medio Oriente. El problema es que con cada declaración y movimiento militar, se refuerza la percepción de que la región atraviesa un momento duro, donde una acción mal calculada podría desencadenar en un problema mucho mayor porque puede ocurrir un enfrentamiento entre Teherán y Washington.
