Papa León XIV en su primer mensaje de la LIX Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2026, ha lanzado una llamada de urgencia a la humanidad para una «paz desarmada y desarmante». En un momento de oscuridad bajo el clima de la guerra, el miedo y del desarme de los pueblos y de los países, el Papa recupera el antiguo saludo de cristo resucitado: «La paz sea con vosotros» para proponer un cambio radical que no se base en la relación de fuerzas. Se fundamenta en la transformación del corazón y en la confianza mutua. En el documento, el Papa indica los peligros de normalizar la guerra y la dependencia de la tecnología militar. Allí propone a los líderes del mundo y a los fieles convertirse en vigilantes contra la violencia.
La irracionalidad de la disuasión y el gasto militar
El mensaje papal es una crítica abierta a la lógica de la seguridad que se impone en la manera en que se entienden las relaciones internacionales en la actualidad. León XIV denuncia que de la idea de disuasión, especialmente la nuclear, se deriva de la irracionalidad y el miedo, a diferencia de basarse en el derecho, implícito en la justicia y la confianza. Citando a San Juan XXIII, el Papa recuerda los pueblos viven bajo la constante amenaza de una tempestad de horrible violencia, que podría aparecer por cualquier circunstancia inesperada.
Para respaldar su advertencia, el Pontífice hace alarde de cifras alarmantes: el gasto militar mundial creció un 9,4% en el año 2024 en relación al anterior, y alcanzó la cifra récord de 2718 billones de dólares (un 2,5% del PIB global). León XIV expresa su preocupación por el hecho de que en lugar de desarrollar una cultura de la memoria que celebre a las víctimas del pasado, hoy en día las campañas de comunicación y los programas educativos actuales sostengan una idea armada de la defensa, que explica la necesidad de incrementar arsenales como respuesta justificada a las amenazas externas.
La traición de la tecnología y la deshumanización del conflicto
El mensaje igualmente entra en los dilemas éticos que van de la mano con la considerable modernización de la guerra. El Papa reclama que el progreso tecnológico y la aplicación de la inteligencia artificial a fines bélicos sólo han contribuido al crecimiento de la tragedia que constituyen los conflictos armados. La tendencia entre los líderes políticos y militares a exonerarse de la responsabilidad delegando las decisiones de vida y muerte a las máquinas va en aumento.
León XIV califica la situación de «una traición increíble y destructiva a los principios legales y filosóficos del humanismo» que deberían proteger toda civilización. Y denuncia la concentración de intereses económicos privados que empujan a los Estados en dicha dirección, y convoca a la convicción crítica frente a las narrativas que pretenden ser realistas pero que carecen del socorro de la esperanza y no ven la belleza de los otros.
Un desarme total: del corazón a la diplomacia
En este contexto, el Papa sugiere un camino de «desarme total» que debe llevarse a cabo por las estructuras políticas y a la vez en el interior de las personas. Citando las palabras que dirá Jesús: «Vuelve tu espada a su vaina», el Pontífice reitera que la paz de los cristianos es en sí misma no violenta, desarmada. Desde la política esto quiere decir retomar la vía de la diplomacia, la mediación, el derecho internacional, haciendo crecer las instituciones supranacionales en lugar de deslegitimarlas y de incumplir los tratados firmados. El Papa León XIV invita a todos, creyentes y no creyentes, a considerar la paz como una presencia viva que debe ser protegida y cultivada.