El partido oficialista Libertad y Refundación (LIBRE) y su candidata presidencial, Rixi Moncada, han anunciado que no reconocerán los resultados preliminares de las recientes elecciones generales celebradas en Honduras. La candidata y el partido alegan serias inconsistencias en el proceso de conteo y exigen al Consejo Nacional Electoral (CNE) revisar exhaustivamente las actas. Esta postura introduce un factor de incertidumbre en el proceso de Honduras, incrementando la tensión política.
Rixi Moncada y el desconocimiento de cifras
La candidata presidencial de LIBRE, Rixi Moncada, emitió un comunicado oficial y lo replicó en su cuenta de X, declarando que las cifras dadas a conocer por el CNE «no reflejan la voluntad popular» expresada en las urnas. La política señaló que sus propios sistemas de conteo rápido y las actas en poder de su partido arrojan resultados considerablemente diferentes a los difundidos.
Moncada hizo un llamado a sus bases y a la ciudadanía a mantenerse vigilantes y a defender lo que consideran una victoria legítima, alegando que se está gestando un intento de fraude. El partido ha movilizado a sus equipos legales para presentar las impugnaciones correspondientes en el tiempo estipulado por la ley electoral de Honduras.
El desconocimiento de los resultados por parte del oficialismo en Honduras representa un desafío inédito para la estabilidad poselectoral. La candidata insistió en que su posición es en defensa de la transparencia y la democracia, sin intención de generar caos, sino de asegurar la voluntad del pueblo.
Denuncias de irregularidades y exigencia de transparencia
El equipo de LIBRE ha detallado que las irregularidades incluyen problemas en la transmisión de datos, inconsistencias entre las actas físicas y las digitalizadas, una presunta manipulación en el ingreso de votos nulos y la «injerencia y coacción» del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Estas fallas, según el partido, afectan la credibilidad del proceso en Honduras y la legitimidad del futuro gobierno.
El partido exige públicamente al CNE la apertura total de las urnas y el recuento voto por voto en aquellas mesas donde se detectaron discrepancias significativas. Esta solicitud busca la máxima transparencia, poniendo al órgano electoral de Honduras bajo una intensa presión mediática y política.
LIBRE también ha solicitado la intervención y el monitoreo activo de las Misiones de Observación Electoral (MOE) internacionales, incluyendo la OEA y la Unión Europea, para que verifiquen las denuncias de manera independiente. La intención es validar su propia credibilidad frente a la oficial.
Reacciones y panorama político en Honduras
La postura de LIBRE ha generado inmediatamente la reacción del partido de oposición, cuyos candidatos se habían declarado vencedores basándose en los resultados preliminares del CNE. Los opositores han tachado la acción del oficialismo como un «intento desesperado» por desconocer la derrota y han llamado a respetar las instituciones de Honduras.
El ambiente en Tegucigalpa y otras ciudades importantes se mantiene tenso, con convocatorias a manifestaciones por parte de ambos bandos en los próximos días. La incertidumbre sobre el resultado final amenaza con paralizar la transición gubernamental hasta que se resuelvan las impugnaciones legales.
El desenlace de esta controversia es vital para el futuro político de Honduras. La capacidad del CNE y del Tribunal Supremo de Justicia para manejar esta crisis con imparcialidad será la prueba de fuego para la solidez institucional del país centroamericano.
El anuncio de Rixi Moncada y el partido LIBRE de no reconocer los resultados electorales introduce una fase de impugnación formal en el proceso poselectoral en Honduras. La exigencia de recuento voto por voto y la denuncia de irregularidades ponen la mirada internacional sobre el CNE, en un momento crucial para la estabilidad y la consolidación democrática en el país centroamericano.
