El retorno de Donald Trump al poder desató una ola de renuncias en la NASA que afecta a casi una cuarta parte de su personal. Más de 3.900 empleados dejaron sus puestos en medio de un rediseño profundo de prioridades por eso la agencia ahora busca adaptarse sin descuidar su ambición de conquistar Marte entonces la agencia ahora busca adaptarse sin descuidar su ambición de conquistar Marte.
Reestructuración en la NASA tras el cambio de administración
La NASA afronta una reconfiguración profunda desde que Donald Trump retornó a la presidencia de Estados Unidos. Como ya mencionamos, en pocos meses, más de 3.900 trabajadores abandonaron la agencia en el marco del programa de renuncias voluntarias impulsado por el gobierno federal, que busca reducir el tamaño del aparato estatal.
Esta cifra representa una pérdida superior al 20 % de la plantilla total pero según cifras oficiales, en la primera etapa del plan dejaron su cargo 870 empleados, mientras que cerca de 3.000 lo hicieron en una segunda ronda. La fuerza laboral de la NASA pasó de unos 18.000 trabajadores a poco más de 14.000, en un proceso que se desarrolla de forma paulatina.
Desde la agencia reconocieron el impacto de la reducción, pero defendieron el rumbo adoptado: “La seguridad sigue siendo una prioridad máxima para nuestra agencia, mientras equilibramos la necesidad de convertirnos en una organización más ágil y eficiente”, señaló su dirección en un comunicado oficial.
Las prioridades del nuevo enfoque presupuestario: la Luna y Marte
Con el regreso de Trump a la Casa Blanca hubo un cambio en la política espacial debido a que el nuevo presupuesto propuesto para la NASA da un giro claro: se incrementan los fondos para el desarrollo de misiones tripuladas a la Luna y a Marte, mientras se recortan los programas científicos y de monitoreo climático.
Desde el gobierno sostienen que se trata de una redistribución de recursos de manera estratégica, esto se hace con el fin de competir directamente con China, que proyecta realizar su primer alunizaje con astronautas hacia el año 2030.
“Queremos ganarle a China la carrera por volver a la Luna y ser los primeros en llevar humanos a Marte”, indicó un vocero del gobierno republicano pero esta medida generó tensiones dentro y fuera de la agencia porque hay quienes advierten sobre el debilitamiento de áreas clave en ciencia aplicada y observación del planeta.
En el medio hubo un cambio permanente: afuera Musk
Las nuevas medidas de recorte afectaron a varias áreas de la NASA, como lo es la ingeniería hasta planificación de misiones científicas. Pero el impacto de esta reducción federal, tanto en recursos humanos como en capacidad operativa, aún no puede medirse con claridad.
Esto se da en el marco de la salida masiva de empleados con alta experiencia técnica deja a la agencia ante un desafío organizativo justo en un momento en que se le exige protagonismo internacional, siendo que esta reducción del 20% ocurre mientras China avanza en su objetivo de alunizar con astronautas en 2030.
A esto se suma la falta de un administrador permanente en su momento la elección inicial del gobierno para dirigir la agencia, el empresario aeroespacial Jared Isaacman, con el respaldo del exasesor del líder republicano que se fue de viaje a Escocia, Elon Musk, fue descartada por el propio presidente.
Por ahora, la NASA continúa bajo una dirección interina, sin una figura consolidada al frente pero en medio de este escenario, la presión por cumplir metas ambiciosas crece. Así es como Trump insiste en que su administración debe devolver a Estados Unidos el liderazgo espacial global, así la agencia espacial más emblemática del mundo enfrenta el reto de seguir mirando a las estrellas mientras reorganiza sus bases en la Tierra.