Cómo Maria Corina Machado logró salir de Venezuela es una cuestión que intriga a muchos y en las últimas horas han salido diversas teorías que lo explican. Mientras la opositora ya se encuentra en Oslo para participar en las ceremonias del Premio Nobel de la Paz, el Gobierno de México se apresuró a desmentir categóricamente que su territorio haya servido como puente en una compleja operación de extracción.
¿Qué informó el Instituto Nacional de Migración?
La administración del Instituto Nacional de Migración (INM) lanzó este 11 de diciembre una tarjeta informativa con un mensaje rotundo. Quería detener la avalancha de especulaciones que colocaban en la política venezolana en los aeropuertos mexicanos hacía días. La dependencia federal explicó que, luego de revisar sus bases de datos, “no existe registro de entrada o salida del territorio nacional” a nombre de Machado.
La aclaración oficial llega en un momento de alta tensión en la diplomacia. Versiones periodísticas de distintos medios de comunicación apuntaron a que México había sido un eslabón clave en la trayectoria de la opositora hacia Europa. Es decir, que el gobierno podría haber dado un apoyo tácito o bien explícito a la política venezolana. El INM, con este comunicado, quiere terminar con la especulaciones de cualquier interpretación que pueda involucrar a la administración local en el traslado de una figura que en este momento es el centro de las miradas internacionales.
El rastro del avión
La negación del gobierno de México responde a toda una serie de informes que corrieron, en las últimas horas, alentados por Grupo Multimedios y datos de las plataformas de localización aérea. La principal teoría que fue tomando cuerpo era que Machado había utilizado una aeronave de matrícula mexicana para así burlar al cerco de seguridad del país venezolano.
Según los datos citados en estos reportes, la atención se centró en un jet privado Embraer Legacy 650, perteneciente a la firma Go2Jets y con matrícula XA-FUF. La bitácora de vuelo de esta aeronave dibuja una ruta que coincide sospechosamente con los tiempos del escape: el avión salió de Querétaro hacia Toluca el pasado 7 de diciembre, y ese mismo día despegó hacia Miami, Florida. El destino final del vuelo fue Oslo. El viaje fue tan seguido en tiempo real que se convirtió en el segundo más monitoreado en la plataforma global.
«Sí, recibí el apoyo de los Estados Unidos»
Mientras tanto, la protagonista de la historia rompió el silencio sobre su salida, aunque guardando celosamente algunos detalles operativos para proteger a quienes la hicieron posible. Ya instalada en Oslo, se reencontró con su hija Ana Corina Sosa y confirmó en una conferencia de prensa que no actuó sola. La líder venezolana admitió la intervención directa de los Estados Unidos. Esta ayuda le permitió llegar a Oslo. La confirmación por marte de María Corina despeja las dudas sobre la magnitud de la operación diplomática y de seguridad llevada a cabo para poder permitir que salga de Venezuela.
Machado evitó referirse de forma completa a su paradero pero sus palabras dejaron entrever que hubo una red compleja de colaboración. Acompañada por las autoridades noruegas, dedicó su llegada a los «héroes anónimos» de la operación y agradeció públicamente a quienes hicieron posible su presencia en Oslo.
La situación deja un escenario abierto a interpretaciones de todo tipo. Por un lado, la versión técnica del INM es irrefutable en cuanto a burocracia. Es decir, no hay sellos ni registros digitales de su paso. Por el otro lado, la realidad de los vuelos privados muchas veces no queda plasmada en la base de datos. Lo que sí es innegable es el impacto político de este viaje. La llegada de Machado evidencia la voluntad de las potencias extranjeras para intervenir y asegurar su seguridad.
