Israel decidió unirse a la Iniciativa Pax Silica, un tipo de acuerdo que fue presentado por Estados Unidos. Es la manera de asegurarse las cadenas de suministro de la inteligencia artificial, de los semiconductores y de los minerales críticos. El aviso fue hecho en Washington, en el marco de una reunión internacional en la que participaron pocos países, todos de un peso establecido en el mundo tecnológico.
Una alianza nacida en Washington
La cumbre fue organizada por la Casa Blanca. Reunió a representantes de Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Singapur, Países Bajos, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos, Australia e Israel. Según la administración estadounidense, el encuentro marcó “el comienzo de una nueva era dorada de cooperación” en materia de inteligencia artificial y seguridad de la cadena de suministro.
La iniciativa Pax Silica surge en un contexto de creciente competencia internacional por el control de minerales críticos, energía y capacidades industriales avanzadas. Washington impulsa este esquema como una forma de reducir dependencias consideradas riesgosas y de consolidar un bloque de países con estándares comunes en innovación, producción y logística tecnológica.
Desde la Casa Blanca destacaron que los países participantes cuentan con “los ecosistemas de cadena de suministro de IA más vanguardistas”, una definición que apunta tanto a capacidades tecnológicas como a alineamientos estratégicos. En ese marco, la presencia de Israel fue leída como una señal de respaldo político a la arquitectura económica que Estados Unidos busca construir para la era digital.
El papel de Israel
La representación de Israel estuvo compuesta por algunos de los principales responsables de la parte económica y tecnológica del gobierno. El grupo lo forman el asesor económico del primer ministro Benjamin Netanyahu, Avi Simhon; el economista jefe del Ministerio de Finanzas, Shmuel Abramzon; y el director de la la Dirección Nacional de Inteligencia Artificial, Erez Askal.
El Gobierno enfatizó que la unión de Israel a Pax Silica es una reafirmación del lugar del país como un polo de innovación y desarrollo de áreas delicadas como la inteligencia artificial, el software avanzado y la ciberseguridad. “El propósito de la iniciativa es construir un ecosistema tecnológico seguro, resiliente e innovador a lo largo de toda la cadena de valor», remarcó la PMO.
El ecosistema está conformado desde la extracción y entrega de minerales y energías críticas hasta la fabricación avanzada de semiconductores, la infraestructura de IA, los centros de datos y los sistemas logísticos. La ambición del proyecto es darle forma a un nuevo orden económico. Para Israel, participar de este esquema también tiene que ver con asegurar su lugar en cadenas de valor que están reconfigurándose rápidamente.
Un mensaje político y estratégico
Avi Simhon definió la adhesión de Israel a Pax Silica como “una marca de distinción” tanto para el país como para su industria de alta tecnología. En su declaración, destacó que Israel es considerado un líder mundial en innovación e inteligencia artificial, un perfil que encaja con los objetivos del acuerdo impulsado por Estados Unidos.
Más allá del lenguaje técnico, el mensaje tiene una fuerte lectura política. Pax Silica no es solo un pacto económico, sino una señal de alineamiento estratégico entre países que buscan coordinarse frente a los desafíos de la competencia global, especialmente en relación con China y el control de recursos críticos.
La entrada de Israel en la Iniciativa Pax Silica refuerza la apuesta de Estados Unidos por construir un bloque tecnológico con reglas propias en un mundo en el que se está entrando cada vez más en la fragmentación. Para Israel, el acuerdo le permite ganar previsibilidad en las cadenas de suministro en las relaciones estratégicas. El mundo avanza al ritmo de la inteligencia artificial.
