Japón, un país tradicionalmente machista, donde la paridad de géneros en los distintos cargos públicos alcanza apenas el 20%, hace historia al elegir por primera vez a una mujer para ocupar el puesto de Primera Ministra. Sanae Takaichi, una mujer conservadora asume el poder en momentos complejos sobre todo para las relaciones internacionales de Japón.
Sin embargo, desde este país, más que una victoria progresista, la elección de Sanae Takaichi como jefa del gobierno es vista más como un cambio en la política del país hacia un camino derechista, siendo en Japón la principal guía de la visión conservadora. Esto, sigue a la dimisión de Shigeru Ishiba, quien renunció a su cargo debido a los malos resultados electorales que cosechó durante el primer año de su gobierno.
Un cambio significativo en la política de Japón
La participación de las mujeres en la política durante los últimos años no ha hecho más que aumentar, numerosas dirigentes han sido elegidas alrededor del mundo para representar a sus países en una corriente que se puede apreciar en todo el planeta. Esta voz ha llegado a Japón, con la elección de una mujer, Sanae Takaichi como Primera Ministra a través de una votación parlamentaria.
Sanae Takaichi, es una de las principales figuras del conservacionismo del país, Sanae Takaichi, considerada la Dama de Hierro de Japón y miembro del gobernante Partido Liberal Democrático. Se convirtió en la primera mujer electa como Primera Ministra, luego de que se impusiera en la votación parlamentaria que se llevó a cabo el día de hoy.
La votación estuvo clara hacia Takaichi desde el primer momento
El anuncio de que Sanae Takaichi había sido elegida Primera Ministra de Japón fue realizado por Fukushiro Nukaga, el portavoz de la Cámara Baja de la Dieta, el Parlamento Nacional Japonés. Todo, luego de que se diera por finalizado el recuento de la votación parlamentaria, en la que Takaichi se impuso al obtener 237 votos de un total de 465, superando los 233 votos que necesitaba para ser colocada en el puesto.
En el segundo lugar de la votación, quedó el líder del partido de oposición, el Partido Democrático Constitucional (PDC) Yoshihiko Noda, con un total de 149 votos, quien se había perfilado como el único escollo para la elección de Sanae Takaichi. Detrás de ellos quedaron Yuichiro Tamaki del Partido Democrático para el Pueblo (PDP) con 28 votos, y el resto se dividió entre candidatos de partidos minoritarios.
Tras la votación en la Cámara Baja que fue celebrada por la mayoría de los presentes, se llevó a cabo la votación en la Cámara Alta, donde una segunda ronda terminó otra vez con la victoria de Sanae Takaichi sobre Noda. Esta vez, la ganadora se llevó 125 votos frente a los 46 que obtuvo el segundo lugar.
Un resultado que no sorprende a nadie en vista de las alianzas más recientes en la política de Japón
En los últimos días, antes de la votación, se formalizó un acuerdo entre el partido gobernante y uno de los opositores el Partido de la Innovación de Japón (Ishin), con el fin de contar con su apoyo en la votación para elegir al primer ministro, lo que terminó asegurando que Sanae Takaichi, de 64 años, fuera elegida durante el proceso.
Ante esta coalición, formada para la elección parlamentaria, una oposición que quedó fragmentada tras el acuerdo, no pudo presentar un candidato lo suficientemente fuerte como para amenazar seriamente la carrera de Sanae Takaichi hacia la jefatura de gobierno. Ahora, le corresponde cumplir con un programa conservador, que lejos de promover cambios «progresistas» en Japón promete un retorno al tradicionalismo.
Desde sus inicios, Sanae Takaichi, se relacionó con las ramas ultraconservadoras de la política japonesa, siempre apostando por el nacionalismo como base de su discurso. Además, en reiteradas ocasiones ha declarado que siente una gran admiración por la ex Primera Ministra británica Margaret Thatcher, lo que ha ocasionado que sea conocida como «La Dama de Hierro» de Japón.