El calendario electoral avanza en Bolivia y ya hay fecha definitiva para las urnas: el próximo 17 de agosto. En ese sentido, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) confirmó que ese día se celebrarán las elecciones generales, en las que los bolivianos elegirán presidente, vicepresidente y representantes al Congreso para el período 2025-2030.
En el marco de una gran tensión social que rodea este proceso, llevó al TSE a reforzar su institucionalidad, trasladando incluso sesiones claves desde La Paz hacia la ciudad de Santa Cruz por razones de seguridad. La coyuntura económica y política convirtió esta contienda en una de las más desafiantes de las últimas décadas.
Cabe mencionar que en total fueron más de 3.200 las candidaturas registradas para todos los cargos, de las cuales solo 1.180 fueron habilitadas tras el proceso de revisión. Entre ellas, se encuentran diez binomios que competirán por el liderazgo del Ejecutivo boliviano.
Bolivia tendrá diez candidatos con sus respectivas propuestas
En ese momento, los diez frentes habilitados representan una amplia diversidad de ideologías, propuestas y trayectorias. Desde figuras del oficialismo hasta líderes históricos de la oposición, todos buscan capitalizar el momento actual de incertidumbre económica y malestar ciudadano.
Asimismo, entre los más reconocidos están el empresario Samuel Doria Medina (Unidad), el expresidente Jorge Quiroga (Libre), y el alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa (Autonomía Para Bolivia), todos con experiencia política previa y posturas liberales o de centro- derecha.
Si mencionamos el lado de la izquierda, destacan el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez (Popular); el exministro de Gobierno Eduardo del Castillo (MAS); y la alcaldesa de El Alto, Eva Copa (Morena) mostrando fragmentación respecto a elecciones pasadas.
Un nuevo escenario electoral: no tiene a sus líderes importantes
En detrimento de los comicios anteriores, esta elección no contó con la participación de uno de los actores más importantes del país en las últimas décadas, pero en esta ausencia reconfiguró el tablero político, permitiendo nuevas alianzas y liderazgos.
El expresidente Evo Morales no logró inscribirse como candidato, debido a que la organización con la que pretendía postular, Pan-Bol, perdió su personería jurídica. El TSE ratificó esta decisión basándose en que el partido incumplió requisitos legales y no alcanzó el mínimo de votos en 2020.
Por otro lado, Morales insistía en su candidatura, pero su exclusión quedó sellada con el fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional, que reafirmó que en Bolivia solo se permite una reelección continua, esto marca que es un proceso electoral sin su nombre en la papeleta. Los seguidores de Evo, organizados en regiones del país, llevaron a cabo bloqueos de carreteras y protestas masivas, en especial en Cochabamba, su bastión político y sindical.
Las caras visibles que muestra el oficialismo: expone a la base dura del oficialismo
Al tener el retiro de Arce de la contienda, el MAS decidió apostar por Eduardo del Castillo, exministro de Gobierno, su perfil busca conectar con la base dura del oficialismo, aunque enfrenta críticas internas y el desgaste de años en el poder. Por su parte, Rodríguez, que alguna vez fue considerado delfín político de Morales, encabeza una candidatura propia desde una nueva sigla.
En su discurso, se alejó del expresidente, que marca diferencias tanto con Morales como Arce, por el lado de la alcaldesa Eva Copa, exMAS ahora en el partido Morena, completa el tridente de la izquierda. Su imagen juvenil y su gestión en El Alto la posicionan como una figura con proyección nacional.
De todas formas, los líderes opositores llegan con propuestas centradas en la estabilidad económica, la inversión extranjera y la lucha contra corrupción, Samuel Doria Medina se presenta como el favorito en los primeros sondeos, seguido de cerca por Jorge Quiroga.