Cursando el día 101 desde que fue elegido como máxima autoridad de la Iglesia Católica, el papa León XIV ofició la habitual misa dominical ante miles de fieles que se acercaron a escucharlo en Castel Gandolfo. El sumo pontífice volvió a pedir a los líderes mundiales que prioricen el bienestar colectivo y la paz en las conversaciones relacionadas a los conflictos bélicos, evidenciando el valor de la diplomacia y la solidaridad entre naciones y personas en momentos de crisis.
Diplomacia y paz en tiempos de conflicto
En la mañana italiana dominical, el papa León XIV expresó su deseo de que las cumbres, negociaciones y esfuerzos realizados para alcanzar acuerdos que permitan poner un punto final a las guerras «tengan buen éxito». Sus palabras fueron difundidas a todo el mundo al terminar el rezo del ángelus en Castel Gandolfo, una pequeña localidad en la región de Lacio, donde el papa se encuentra pasando por un tiempo de descanso.
“Recemos para que tengan buen éxito los esfuerzos por hacer cesar las guerras y promover la paz, a fin de que en las negociaciones se ponga siempre en primer lugar el bien común de los pueblos”, expresó León XIV y, posteriormente, repitió el mensaje que había expresado el miércoles previo a la reunión que compartieron el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par de la Federación Rusa, Vladimir Putin, donde los exhortaba a “buscar siempre el diálogo y la labor diplomática” en lugar de recurrir a la violencia, y abogó por un alto al fuego en Ucrania.
En medio de su alocución, fue consultado por miembros de la prensa presentes sobre la situación en la Franja de Gaza, a lo que el santo padre respondió expresando su profunda preocupación por la situación de la población civil y las deportaciones, insistiendo en que «resolver la crisis humanitaria» debería ser la prioridad para los líderes mundiales.
Un almuerzo con los más desfavorecidos
Durante el mediodía, el papa León XIV compartió la mesa del almuerzo con un centenar de pobres y personas desfavorecidas en el Burgo Ludato, una serie de jardines en Castel Gandolfo que conforman un proyecto de defensa de la biodiversidad en el Vaticano. En dichas jardines, que constituyen una parte del palacio apostólico, se constituyó un amplio espacio con mesas y silla donde se sentaron los 110 invitados, principalmente personas de bajos recursos asistidas por la diócesis de Albano Laziale.
El menú incluyó: Entrantes de Castelli Romani, lasaña de la Huerta, parmesana tradicional, ternera asada con hierbas salteadas, macedonia de frutas y un postre especial, rebautizado como Dolce Leone para la ocasión, una mouse al limón realizada por una de las pastelerías de la localidad, informaron desde la diócesis de Albano Laziale
Comiendo junto a los que más lo necesitan
Los invitados utilizan centros de acogida y casa familia como sus hogares, o son asistidos por la seccional de Albano Laziale de Cáritas para poder subsistir. Muchos de ellos son extranjeros. Antes de iniciar la comida, el papa León XIV hizo una pequeña intervención en la que destacó que ese lugar demuestra “la belleza de la naturaleza de la creación, pero también nos hace pensar que la criatura más hermosa es la creada a semejanza de Dios”.
Luego puntualizó que “la imagen de Dios, y todos somos nosotros, y cada uno de nosotros representa la imagen de Dios… Y qué importante es recordar, mientras encontremos esta misma presencia de Dios, que no es solo eso, sino también estar reunidos aquí esta tarde, en este almuerzo, es vivir juntos con Dios, en esta comunión, en esta fraternidad”.
Finalmente, el papa hizo un llamado para que «derribemos los muros» y finalizó: “No dejemos al Señor fuera de nuestras iglesias, de nuestras casas y de nuestra vida. Más bien, dejémoslo entrar en los pobres, y entonces haremos paz también con nuestra pobreza, a la que tememos y negamos cuando buscamos a toda costa tranquilidad y seguridad”.