El nuevo pontificado de León XIV llevó a cabo uno de los momentos más destacados con su visita a la Basílica Papal de San Pablo Extramuros, un lugar de gran relevancia espiritual en Roma, este acto no fue solo protocolar, sino que dio el inicio de su misión como Sucesor de Pedro.
En la ceremonia, el Papa presidió una misa solemne en el recinto que resguarda el sepulcro del Apóstol de los gentiles. Sin embargo, en su homilía utilizó la Carta a los Romanos como eje, una de las obras más teológicas del Nuevo Testamento.
Asimismo, el sumo sacerdote expuso los pilares que desea para su pontificado: la gracia como don divino, la fe como respuesta libre y la justicia como fruto del amor. En este sentido, no solo marcó la “toma de posesión” de una de las cuatro grandes basílicas papales, sino también la intención clara del Papa de dar un mensaje evangélico fuerte.
Una basílica con historia: San Pablo Extramuros no es una iglesia cualquiera
San Pablo Extramuros es una de las cuatro basílicas mayores de Roma, junto con San Pedro, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor. Según la tradición, la tumba del Apóstol Pablo, fue figura clave del cristianismo primitivo y referente del anuncio del Evangelio a los no judíos.
En ella el recinto está confiado desde hace siglos a la comunidad benedictina, cuyo carisma marcó la vida espiritual de la basílica. En su discurso el papa recordó el legado de San Benito, en su énfasis en el amor fraterno y la hospitalidad como ejes de vida cristiana.
Por otro lado, la presencia benedictina en este lugar simboliza un modelo de espiritualidad centrado en la oración, el trabajo y el servicio. Además, el templo destaca por su dimensión ecuménica, pero en sus muros se exhiben retratos de todos los papas en forma de medallones, que representan la continuidad apostólica, una de ellas reservada para León XIV.
León XIV retomó las enseñanzas paulinas: «Dios nos ama»
En el marco de su discurso el Santo Padre retomó las enseñanzas paulistas para iluminar el camino de su papado, remarcó la vocación cristiana no nace del mérito personal, sino de un amor previo de Dios que llama primero, por eso sostuvo: “Dios nos ama, esta es la gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo lo demás”.
Asimismo, recordó que Pablo fue alcanzado por la gracia cuando aún perseguía a la iglesia, y que esa transformación fue fruto de un amor que precede y sostiene, pero el Papa indicó que esa gracia no anula la libertad humana, citando el mismo texto paulino, explicó que la fe auténtica es una adhesión voluntaria al llamado divino.
Por su parte, León XIV le hizo un llamado a los fieles, como Pablo, que ellos respondan el amor de Dios con generosidad, citando las palabras de San Agustin y del Papa Benedicto XVI, recordó que toda vocación auténtica nace de saberse amado, siendo esta misma la raíz de todo servicio cristiano.
El Papa atravesó la nave hasta la tumba del apóstol Pablo
En la Basílica de San Pablo Extramuros, el nuevo pontífice cruzó lentamente la imponente nave central hasta situarse frente al lugar donde, según la tradición, descansan los restos del Apóstol de los gentiles, bajo el altar principal, dio su oración, arrodillado ante la tumba del santo que marcó el rumbo del cristianismo naciente.
Al alzar la vista, León XIV indicó que sus ojos se toparon con un detalle histórico como lo es la imagen de un Papa medieval, Honorio III que gobernó entre 1216 y 1227, representado en la actitud de humildad, besando los pies de Cristo.
Por último, en su meditación posterior, el pontífice reflexionó sobre la figura de San Pablo, recordando su dramática transformación de perseguidor a apóstol, destacando que la fe no anula la libertad, sino que exige una respuesta libre y consciente a la gracia divina.