En un emotivo acto, repleto de jóvenes peregrinos del jubileo de las bandas musicales y los espectáculos populares que llegaron a la plaza San Pedro junto con otros miles de católicos, para presenciar el canto papal del Regina Coeli, el primero en ser presidido por el Papa León XIV, que fue seleccionado como 267º sucesor del apóstol Pedro en el cónclave que finalizó el jueves 8 de mayo y que se realizó en virtud del fallecimiento del Papa Francisco.
Para los miembros de la Iglesia católica niños, jóvenes y adultos, este 2025 es especial por celebrarse un jubileo que se ha denominado por la esperanza. Además han vivido el duelo por la pérdida física de un gran hombre que la dirigió durante 12 años, llevando un mensaje de fe verdadera y reconocimiento profundo de Cristo en las acciones cotidianas, para pasar a la alegría por la elección de un nuevo Sumo Pontífice.
Jesús entrega amor y responde con amor
El Papa León XIV en su primera misa, dedicada al Regina Coeli del cuarto domingo pascual, ha hecho referencia, como es acostumbrado del evangelio de Juan, en virtud de que este es el denominado Domingo del Buen Pastor. Así el Sumo Sacerdote se sintió honrado y denominó como un Don de Dios que esta fuese su primera aparición litúrgica desde su selección como obispo de Roma, entre otras cosas por ser parte de la orden agustina.
En ese sentido, el Pontífice señaló que como ovejas de Cristo debemos comprender que Dios nos entrega amor para que lo vivamos en la fe y la esperanza y así mismo responde a todos cuanto le aman, por lo tanto todos y cada uno de los católicos, en particular los jóvenes, deben sentir el llamado del Padre que se manifiesta en las acciones que les acercan a la Iglesia y con las cuales se multiplica la presencia del Dios vivo.
Los jóvenes deben ser protagonistas de la Iglesia
Este día, el cuarto domingo pascual que celebra la resurreción de Cristo y que lo presenta como el Buen Pastor es empleado también para celebrar la vocaciones, especialmente las religiosas pues el pastor convoca a todas las ovejas y las reune alrededor de la fé, por ello, el Papa León XIV dedicó parte de su discurso al llamado de los jóvenes a vivir sus vocaciones y atender aquello que enciende la llama de sus corazones.
En ese sentido, los jóvenes deben sentir el llamado de su vocación, que no es más que la manifestación de la fé verdadera, es Cristo mismo quien habita en lo profundo de cada ser humano y enciende el espíritu ante aquella que es la vocación, el propósito para el cual ha sido enviado al mundo y cuya representación realiza al individuo más allá conforma un mundo pleno.
Al respecto, el Papa León XIV invitó a los jóvenes a vivir este llamado de la vocación, en especial la eclesiástica. De este modo, asintió que «la Iglesia los necesita», el sacerdocio y la vida religiosa puede ser un camino de entrega y sacrificio de todo lo que comunmente desean los jóvenes, sin embargo, el Papa los invitó a no temer y vivir con fé, atendiendo la vocación para la que Cristo les llama.
La Iglesia católica debe ser un modelo real para todos
Así mismo, para revivir las vocaciones de los jóvenes hizo también un llamado a la Iglesia, a las congregaciones y a las comunidades eclesiásticas a enfrentar los desafíos que les impone el mundo actual, siendo un lugar de acogida para todos, donde los jóvenes consigan «modelos creíbles», confiables, que muestren que la entrega a Dios enaltece y los transforma día tras día, los miembros de la Iglesia deben ser el ejemplo real para todos.
