Nicolás Maduro advirtió en la televisión estatal que Venezuela está lista para defender su territorio con un arsenal de fabricación rusa, pero la declaración llega en un momento en que el gobierno estadounidense mantiene operaciones militares en el Caribe bajo el argumento de combatir el narcotráfico.
Una advertencia en medio de tensiones que crecen
Durante un acto oficial, el presidente venezolano se dirigió a sus fuerzas armadas con un discurso que, aunque comenzó con tono patriótico, sostuvo que «cualquier fuerza militar del mundo sabe el poder de los Igla-S», dijo Maduro al referirse a los misiles antiaéreos rusos que, según afirmó, se encuentran desplegados en puntos estratégicos del país.
La transmisión, emitida por Venezolana de Televisión, mostró al mandatario acompañado por altos mandos del Ejército, quienes respaldaron el mensaje de «defensa total» frente a lo que califican como una amenaza extranjera; luego de que Maduro no permitiera un golpe de Estado dado por la CIA.
El discurso coincidió con un incremento de la actividad militar estadounidense en aguas cercanas al territorio venezolano. Tras esto, el líder venezolano del chavismo soltó la cifra que llamó la atención de todos: «Venezuela tiene nada más y nada menos que 5.000 Igla-S en puestos claves de defensa antiaérea, para garantizar la paz y la estabilidad del pueblo».
El poder que tiene el sistema Igla-S
En esta oportunidad, el Igla-S es un sistema portátil de misiles tierra-aire diseñado por Rusia para derribar aeronaves a baja altura, pero se trata de un arma ligera, manejada por un solo operador, y que ha sido utilizada en diferentes ejércitos del mundo.
Otro punto que hay que tener en cuenta es que su alcance efectivo supera los 6 kilómetros, lo que lo convierte en un instrumento de defensa eficaz en entornos de díficil acceso. Maduro describió los Igla-S como «una de las armas más poderosas que existen».
Además, aseguró que Venezuela dispone de equipos de simulación para entrenar a miles de operadores distribuidos por todo el país. Según el mandatario, la estrategia busca garantizar que «hasta en la última montaña» haya personal preparado para defender el espacio aéreo.
Este tipo de armamento, adquirido en el marco de acuerdos militares con Moscú, demuestra la estrecha relación que existe entre Venezuela y Rusia, pero en años anteriores, el Gobierno venezolano ya había mostrado este sistema en ejercicios militares, aunque nunca había revelado públicamente la magnitud de su arsenal.
Estados Unidos responde con grandes despliegues navales
Hay que tener en cuenta que, del otro lado del conflicto, Estados Unidos sostiene que sus operaciones en el Caribe no buscan una confrontación política, sino combatir las redes de narcotráfico que operan desde Sudamérica.
Desde septiembre, el Pentágono reportó la destrucción de al menos ocho embarcaciones identificadas como «narcolanchas», una de ellas en el Pacífico; por eso Trump llegó a afirmar que las operaciones podrían ampliarse si así lo consideraban necesario, incluso sin aprobación previa del Congreso, al tratarse, dijo, de un asunto de seguridad nacional.
Sin embargo, para el gobierno de Caracas, estas maniobras son un claro intento de «asedio y provocación» pero las autoridades venezolanas respondieron con la movilización de milicias bolivarianas y ejercicios de defensa territorial, incluido el plan «Independencia 200».
En su discurso, el presidente venezolano reiteró que el país debe ser «una patria inexpugnable», una frase que resume la narrativa militar que acompañó su gestión en los últimos años, pero el anuncio de Nicolás Maduro sobre los 5.000 misiles Igla-S, siendo que Trump afirma que el mandatario venezolano le ha ofrecido «de todo» para evitar un conflicto armado, reaviva la tensión que hay en la actualidad entre Caracas y Washington, reforzando su imagen de resistencia y una amenaza directa.