La madrugada noruega sorprendió a más de uno cuando se confirmó que María Corina Machado había aterrizado en Oslo después de meses moviéndose en silencio, pese a que llegaba con retraso, con un recorrido lleno de obstáculos y una expectativa enorme alrededor de su presencia. Entonces, para llevar tranquilidad, Machado anunció en su cuenta de X que ya está en la capital noruega, lista para iniciar una agenda que había quedado en suspenso.
La agenda ajustada de Machado por los encuentros oficiales
Hay que tener en cuenta que para el viernes, la agenda indicaba que Machado acudirá al Parlamento noruego, donde sostendría conversaciones con legisladores y retomaría una rueda de prensa que no pudo celebrarse el martes.
También estaba previsto que se reuniera con el primer ministro Jonas Gahr Støre, un encuentro clave después de que su ausencia en la ceremonia generara preguntas, pese a que ella había avisado que no llegaba a tiempo, y especulaciones en la comunidad internacional.
En una conversación telefónica con Frydnes, Machado lamentó no haber llegado a tiempo al acto oficial, pero dejó claro que venía en camino; también compartió un mensaje sencillo: «Tan pronto como llegue, podré abrazar a toda mi familia y a mis hijos». Mientras tanto, en Oslo, la figura de Ana Corina Sosa seguía resonando, que había sido ella quien leyó el discurso de aceptación del Nobel en nombre de su madre.
Una llegada discreta, marcada por la emoción
El presidente del Comité Nobel Noruego, Jørgen Watne Frydnes, fue quien confirmó la llegada de Machado al Grand Hotel, donde simpatizantes aguardaban desde temprano. «María Corina Machado ya está en Oslo y de camino para llegar acá», comentó ante un grupo que respondía con aplausos.
Cabe mencionar que Frydnes adelantó también que la opositora no saldría al balcón esa noche, demostrando que su primera decisión fue ir directamente al reencuentro con su familia, a quienes no veía desde hace dos años.
«Ella se va a reunirse directamente con su familia, no habrá ningún encuentro hoy», explicó el presidente del Comité, que agradeció un «día maravilloso» en el que había entregado el Nobel a su hija, Ana Corina Sosa, debido al retraso de la llegada de la líder opositora. La entrada de Machado a Noruega se produjo casi tres días después de lo previsto, tras dificultades para salir de Venezuela y la incertidumbre sobre su eventual regreso.
Un Nobel marcado por la clandestinidad y por una década de restricciones
El Comité Nobel destacó su resistencia frente a lo que describió como «una dictadura» en Venezuela, recordando que la dirigente tiene prohibido salir del país desde 2014. Su primera aparición pública fue breve, apenas unos minutos en un balcón del hotel cerca de las 2:30 am, pero suficiente para que sus seguidores la vieran después de un año sin imágenes suyas.
Machado, de 58 años, no puede salir de Venezuela desde 2014 por orden del gobierno de Nicolás Maduro. Durante el último año, además, permaneció oculta la mayor parte del tiempo, pero ese contexto explica tanto su retraso como la tensión política que rodea cada uno de sus movimientos.
El Comité Nobel justificó su reconocimiento destacando la lucha contra lo que describió como una dictadura en Venezuela. Una afirmación contundente que, más allá del premio, amplificó un debate internacional que sigue creciendo con cada gesto de la líder opositora.
Horas antes de su llegada, Noruega había anunciado que Machado ofrecería una conferencia de prensa el jueves por la mañana. También se esperaba que saludara al público desde un balcón del hotel, pero su aparición quedó postergada hasta la noche; terminó con ella saludando desde el balcón, pero sin duda, lo primero era su familia.
