Durante la mañana del 20 de diciembre en la Plaza de San Pedro, el papa León XIV ofreció el mensaje final sobre el Año Jubilar, con una catequesis relacionada al cierre de este tiempo especial y por un llamado insistente a la esperanza. Ante miles de fieles, el pontífice indicó que el jubileo concluye en el calendario, pero no en su sentido profundo para la Iglesia y la sociedad, en un contexto global atravesado por la desigualdad, conflicto y desgaste institucional.
Un cierre jubilar centrado en la esperanza cristiana pide León XIV
El mensaje final del papa León XIV sobre el Año Jubilar se dio durante la última audiencia de los sábados, una serie iniciada en enero y heredera del impulso pastoral del papa Francisco. En ese marco, el pontífice recordó que la esperanza no es un concepto abstracto ni un consuelo superficial, sino una fuerza viva que orienta la acción de la Iglesia.
Al iniciar su catequesis con una referencia a la cercanía de la Navidad, que la semana anterior León XIV recibió a los artistas del concierto, luego vinculó el cierre del Jubileo con el misterio de la Encarnación. En ese contexto, señaló que la esperanza cristiana no nace del miedo ni de la amenaza, sino de la cercanía de Dios revelada en Jesucristo, una clave central de su discurso oficial.
«El Jubileo está llegando a su fin, pero la esperanza que este Año nos ha dado no termina», afirmó el sumo sacerdote, dejando en claro la postura del gobierno vaticano frente a los desafíos contemporáneos. Según explicó, la comunidad creyente debe seguir el camino de ser la «peregrina de la esperanza», más allá de los ciclos litúrgicos.
A pocos días de la Navidad: el mensaje del pontificio
Durante la audiencia celebrada, a pocos días de la Navidad y en la recta final del Año Jubilar, el papa citó de manera explícita a San Pablo en su carta a los Romanos: «Porque en esperanza fuimos salvados», para reforzar el carácter activo y transformador de esta virtud teologal.
«Sin esperanza, estamos muertos; con esperanza, llegamos a la luz», sostuvo el Papa, en una de las frases que más se repite en la jornada porque remarcó que la verdadera fuerza no reside en la dominación ni en el miedo, sino en aquello que genera vida y renovación.
Asimismo, el pontífice también abordó el impacto social de este mensaje, al advertir sobre la concentración de la riqueza y la falta de escucha frente al clamor de la tierra y de los pobres. «Nuestra tarea es generar, no robar», dijo, en una definición que presenta una clara lectura social y económica del presente.
El impacto social de las palabras del Papa
Más allá de lo religioso, el mensaje final de León XIV sobre el Año Jubilar tuvo un impacto social que trasciende el ámbito eclesial debido a que afirma que «la historia está en manos de Dios y de quienes esperan en él»; esto propone una visión que interpela tanto a gobiernos como a actores económicos sociales.
Cabe mencionar que la referencia al «sufrimiento del parto» como imagen del dolor actual resignificado por la fe funcionó como una lectura política con mensaje humanista; entonces la postura institucional del Vaticano refuerza una línea que vincula esperanza, justicia social y responsabilidad colectiva.
Por otro lado, León XIV cerró su catequesis destacando a María de Nazaret como modelo de esperanza generativa, capaz de dar cuerpo y voz a la Palabra, pero esa imagen, afirmó, resume la misión de los creyentes en el mundo actual que tienen la intención de transformar el grito en vida nueva, manteniendo la idea del impacto político y social concreto; por eso, León XIV resalta el papel fundamental de Europa en la construcción de la paz.