Durante el 80 aniversario de la Asamblea General de la ONU, en representación de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, el canciller Juan Ramón de la Fuente tomó la palabra en la máxima tribuna internacional. Con un discurso firme, criticó la carrera armamentista, defendió la soberanía nacional y pidió fortalecer el derecho internacional.
México ante la Asamblea General de la ONU
En representación de México, De la Fuente advirtió que el mundo enfrenta una grave disyuntiva y que la ONU no puede quedar relegada frente a las guerras y desigualdades, pero también subrayó que la concentración inmoral de la riqueza y las violaciones a los derechos humanos son “el combustible que alimenta la guerra y la violencia”.
En nombre de la presidenta Sheinbaum, el canciller recordó que México ha defendido históricamente la solución pacífica de las controversias; por eso citó que la soberanía del país es irrenunciable y que su política exterior se rige por el respeto al derecho internacional (este país de Latinoamérica fue contundente). También resaltó que la comunidad internacional debe replantear el papel del multilateralismo para evitar una escalada bélica.
Fue en este marco cuando De la Fuente lanzó su llamado más directo: “Las guerras en Gaza y Ucrania tienen que parar ya. No dejaremos de insistir en el llamado urgente al cese al fuego para alcanzar siempre una solución negociada con la participación de todas las partes”.
Críticas a la carrera armamentista y defensa de la soberanía
El canciller mexicano también cuestionó el crecimiento desmedido de los presupuestos militares en comparación con las inversiones sociales; luego recordó que existen países que destinan más recursos al servicio de la deuda y a la compra de armas que a salud o educación.
Asimismo, el mexicano reiteró que el respeto a la soberanía es un principio irrenunciable para México, aclaró que el país no acepta subordinación de nadie y que su política exterior busca cooperación sin perder autonomía. La postura reafirma una línea histórica de la diplomacia mexicana, sustentada en la no intervención y el diálogo.
El representante de México insistió en que la ONU debe jugar un papel mucho más activo en la prevención de conflictos y en la protección del derecho internacional. Tras esto, se indicó que la organización nació hace 80 años con el propósito de evitar la guerra y que su legitimidad dependerá de su capacidad de respuesta a los desafíos actuales.
Derechos humanos, migración y papel de la ONU
Además de los llamados a la paz, México defendió los derechos humanos como base de la convivencia internacional. De la Fuente condenó la criminalización de los migrantes y sostuvo que “las y los migrantes son personas con derechos que contribuyen con su esfuerzo a fortalecer a sus comunidades de acogida”. También rechazó el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos a Cuba, al considerar que solo perjudica a la población.
En su discurso, el canciller destacó los avances de la actual administración mexicana: 13.5 millones de personas salieron de la pobreza gracias a programas sociales y políticas de justicia laboral reconocidas incluso por la ONU. Resaltó además que México vive una transformación encabezada por la primera presidenta del país, Sheinbaum, y que “es tiempo de mujeres” tanto en la nación como en el ámbito internacional.
Finalmente, planteó que la próxima Secretaría General de la ONU debería estar encabezada por una mujer, preferiblemente de la región latinoamericana. Con esa propuesta, México reafirmó su compromiso con la igualdad de género y con un multilateralismo renovado (día 3 del Debate de la Asamblea General). Al pedir el fin inmediato de las guerras en Gaza y Ucrania, el país refuerza su papel histórico como promotor de la paz.