La atmósfera que envuelve este viaje es de una sintonía entre los países que no se producía entre ambas naciones desde hace muchos años. La relación con el gobierno saliente de Gabriel Boric siempre fue en el curso de la protocolaridad: fría, distante, y limitada a encuentros multilaterales. La llegada de este nuevo gobierno promete un cambio de 180 grados. La expectativa en Buenos Aires es máxima. Se anticipa que la identificada afinidad ideológica entre ambos lados de los Andes permitirá que exista una única agenda sobre nuevos temas que van desde la seguridad fronteriza, hasta la integración energética.
Una amistad que fue antes que el poder
Para medir la magnitud de la actual y reciente relación hay que retroceder hasta 2022. El vínculo entre ambos líderes y figuras políticas no se gestó a fuego de los cargos públicos, sino en la trinchera ideológica. Allí estaban, ambos, en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Brasil, donde coincidieron, expusieron y posaron contacto a la foto bajo la premisa que «Latinoamérica está en peligro». Esa base común se robusteció una vez arribados a 2023, cuando el chileno, aún en campaña, hizo el viaje a Argentina para respaldar a Javier Milei, a quien definió como aquella persona que «estaba haciendo historia».
Dicha lealtad fue completamente mantenida. Tras la victoria de La Libertad Avanza, el chileno se encontraba presente en Buenos Aires y celebró con la dirección allí. Hoy los roles se invierten. En la campaña de su propio cargo, el presidente electo cita reiteradas veces el modelo de ajuste argentino como todo un modelo fiscal a seguir. «Vamos a ser igual de drásticos con el gasto político», dijo en enero, y parece claro que la «motosierra» argentina tiene su eco ahí justo tras la cordillera.
La cumbre en la Casa Rosada
El final de la jornada está fijado para el mediodía. Javier Milei abrirá las puertas de la Casa Rosada a las 12:00 horas con el fin de recibir formalmente a José Antonio Kast. De acuerdo con la agenda pública de la Oficina del Presidente Electo, el encuentro se desarrollará durante una hora a una hora y media. No estarán solos: por la parte argentina se espera la asistencia del círculo interno del gobierno, liderado por el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el canciller Pablo Quirino.
La agenda que tienen sobre la mesa incorpora tres ejes en orden de prioridad: economía, seguridad y migración. Precisamente, sobre este punto la preocupación es mutua: Kast anhela coordinar el cierre paulatino de la frontera norte de Chile y con su par argentino tratar las externalidades que puede provocar esto.
Los rumores sobre el viaje
No obstante, en los pasillos del poder circulan rumores sobre el viaje, el cual habría de tener una misión discreta y de carácter estratégico: la delegación económica. La prensa de Chile alerta que Kast podría tratar de convencer a José Luis Daza, secretario de Política Económica y pieza del equipo de Luis Caputo, para incorporarse a su futuro gobierno o a un trabajo de asesoramiento. José Luis Daza, de nacionalidad argentina pero hijo de padres chilenos, se configura como un activo codiciado. El propio Caputo, en el día de hoy en una entrevista, ha dado cuenta de la realidad de la situación: «Seguramente ya se lo ofreció», ha afirmado el ministro, abriendo la puerta a una salida.
La visita en cuestión acaba dejando una certeza política: la relación entre Argentina y Chile está por cambiar. La sintonía de Javier Milei con José Antonio Kast prometan un mapa de alianzas en el Cono Sur renovado. Con una agenda común ya trazada Buenos Aires y Santiago aparecen listos para la acción.