Como parte de un programa para incentivar la fabricación local para alcanzar la autosuficiencia, Netanyahu explicó que la inversión millonaria fortalecerá la producción de municiones y reducirá la dependencia del aparato militar israelí para con otras potencias.
Más dinero para armas
En lo que fue su discurso durante una ceremonia de graduación de la Fuerza Aérea de Israel, el primer ministro Benjamín Netanyahu anunció en la jornada del miércoles una considerable inversión para el sector de la industria armamentística, con el objetivo de fortalecer el desarrollo local y al mismo tiempo disminuir la necesidad de importar armamento.
Ante la mirada de los graduados, Netanyahu explicó que «queremos reducir nuestra dependencia de todos los actores, incluidos los amigos», a modo de presentación antes de pasar a la información dura: un incremento de 108 mil millones de dólares, repartido a lo largo de los próximos diez años, cuyo fin será la creación de «una industria de municiones israelí independiente».
El mandatario señaló que esta iniciativa responde al aprendizaje adquirido durante los últimos años de bombardeos sobre la Franja de Gaza. Advirtió que varios de los aliados históricos de Israel (como los Estados Unidos, Gran Bretaña o Alemania) activaron distintas herramientas de controles y restricciones a la venta de armas. Algo que, en opinión del premier israelí, es una vulnerabilidad considerable para su país, en cuanto al suministro de material bélico.
Con el proyecto de inversión a largo plazo sobre la mesa, se definió también un aumento considerable para el presupuesto de defensa del próximo año, que asciende a más de 34 630 millones de dólares, haciendo un salto considerable de los 28 mil millones que se habían filtrado en borradores previos.
El nuevo incremento, acordado por los ministros de Defensa, Israel Katz, y Finanzas, Bezalel Smotrich, el incremento en el presupuesto para gastos de defensa recibirá un aumento de alrededor de 15 mil millones de dólares más, en relación con lo gastado en 2023.
Acusaciones contra Hamas
Por otra parte, el primer ministro de Israel volvió a responsabilizar al grupo extremista Hamas por romper el acuerdo de alto al fuego, algo que la organización palestina niega y al mismo tiempo señala a las fuerzas israelíes como las verdaderas culpables.
Al mismo tiempo, Netanyahu garantizó que su administración está preparando contramedidas ante la posibilidad de que tanto los miembros de Hamas como del grupo terrorista Hezbollah mantengan su postura de negarse a entregar las armas y desmilitarizar las organizaciones. Incluso fue más allá, al advertir que tampoco han olvidado a los hutíes en Yemen o a Irán, extendiendo el alcance regional de sus amenazas.
Acompañando las declaraciones del primer ministro, el Ejército de Israel anticipó que está preparando una nueva oleada de ataques contra supuestos objetivos vinculados a Hezbollah en el sur de Líbano, lo que sería una violación directa al acuerdo de alto al fuego vigente desde noviembre de 2024.
El costo de la guerra
Mantener un conflicto de varios frentes requiere de una inversión económica considerablemente alta. En 2024, el Estado de Israel tuvo que afrontar un gasto de 31 mil millones de dólares solo para poder mantener activas las operaciones contra Hamas en la Franja de Gaza y Hezbollah en el Líbano.
Consultado por el nuevo presupuesto, el ministro de Defensa, Israel Katz, explicó que el cambio en las partidas apunta a «fortalecer el ejército», resolver las necesidades de los soldados y «reducir la carga sobre los reservistas».
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, aseguró que el anuncio de Netanyahu no debe verse como un aumento en el gasto militar, sino como una inversión económica: «Estamos asignando un presupuesto enorme para fortalecer el ejército, pero también uno que nos permita devolver al Estado de Israel a una senda de crecimiento».