Luego de cuatro rondas de votación, los 133 cardenales reunidos en el cónclave seleccionaron al nuevo Papa de la Iglesia católica, Robert Francis Prevost, de 69 años, siendo el número 267 marcó el final del segundo día de deliberaciones y el inicio de un nuevo capítulo en la historia del Vaticano.
Cabe mencionar que tras esto, él eligió adoptar el nombre de León XIV lo que despertó la mayor curiosidad, los nombres no son al azar ya que funcionan como señales del tipo de pontificado que el nuevo Papa aspira a liderar.
En el caso de Prevost, su elección se aleja de los nombres más usados como Juan, Gregorio o Pío, y lo vincula a tres figuras claves del pasado eclesiástico: León I, León XIII y fray León, el cercano discípulo de San Francisco de Asís. León XIV parece enviar un mensaje claro sobre el equilibrio que buscará mantener: firmeza teológica, atención a las urgencias del presente y una iglesia cercana a los más necesitados.
Al usar este nombre deja en evidencia el legado del papa franciscano
Al relacionarse con fray León, se refiere al compañero inseparable de San Francisco de Asis, que es recordado por su pureza y sencillez, dejando testimonio directo de la vida del santo italiano, porque su figura representa una forma de espiritualidad despojada, humana y comprometida con los pobres y excluidos.
San Francisco fue también el referente espiritual del papa saliente, Jorge Mario Bergoglio, quien eligió el nombre de Francisco para honrar ese ideal de servicio humilde. Prevost, optó por usar León para evocar a “fray León” y rendirle tributo indirecto al pontífice argentino y su estilo pastoral.
Cabe mencionar que no se trata de una coincidencia, ya que el nuevo Papa que ya tuvo su primera bendición, parece querer continuar el camino iniciado por su predecesor, promoviendo una Iglesia que no solo predica, sino que también actúa con compasión y presencia concreta entre los más frágiles.
El significado del nombre León XIII y el compromiso social
El significado más directo del nombre parece estar anclado en León XIII, que fue papa entre 1878 y 1903, siendo un actor importante para la apertura de la Iglesia hacia el mundo moderno, sobre todo a través de su encíclica Rerum Novarum, en ella defendía con claridad de los trabajadores y reclamaba justicia en el ámbito laboral.
Bajo este aspecto, León XIII impulsó el pensamiento filosófico y la educación, estableciendo puentes con el tomismo y con los gobiernos de su época. Además, la elección de su nombre por parte de Prevost que sugiere un interés por recuperar esa postura de diálogo con el mundo contemporáneo.
Esto viene en relación para no renunciar a los principios fundamentales del catolicismo, por eso mismo es que León XIV parece dispuesto a retomar el compromiso social del Vaticano, poniendo énfasis en la dignidad humana, la familia y la intervención ética en temas de trabajo, salud y educación.
Las raíces históricas que tiene la elección de este nombre
El papa del siglo V, San León I, conocido como León Magno, con una influencia grande de la iglesia, por su firmeza ante las amenazas externas como cuando persuadió a Atila para que no invadiera Roma y su referencia teológica en el Concilio de Calcedonia le valieron el título de Doctor de la Iglesia y el apodo de “el Grande”.
Según se supo, este papa fue quien encarnó una autoridad doctrinal sólida, capaz de guiar a la Iglesia en momentos críticos. Al elegir un símbolo que remite también a León I, Prevost se posiciona como Su Santidad que buscará brindar caridad en base al dogma.
Además, como venimos mencionando León I pone en evidencia la valentía en tiempos de caos, una imagen que cobra sentido frente a los desafíos actuales que enfrenta la Iglesia, desde crisis internas hasta debates éticos globales.