Según un informe del organismo internacional, unas 260 000 personas se encuentran atrapadas en zonas de combate activas, a lo que se suma la escasez de recursos y el constante asedio de las RSF para agravar la emergencia.
Catástrofe a las puertas de Sudán
Desde la Organización de las Naciones Unidas han lanzado una advertencia alarmante sobre una «catástrofe inminente» en la región de Darfur, Sudán, lugar constantemente asolado por una «violencia incesante, abusos sexuales y hambruna» que se han profundizado a partir del agravamiento del conflicto entre el gobierno sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) iniciado en 2023.
Los técnicos y efectivos de la institución internacional aseguraron que los envíos de ayuda humanitaria no logran llegar a los que lo necesitan, por culpa de los constantes bloqueos a los convoyes y la presencia de miles de personas que se encuentran atrapadas en las cercanías de las líneas del frente.
Sin ir más lejos, la capital de Darfur Norte, uno de los 18 estados de Sudán, El Fasher, se encuentra hace más de 500 días bajo un asedio total por parte de las RSF. Se calcula que alrededor de 260 000 civiles se encuentran atrapados e imposibilitados de salir de las zonas de combate.
La ONU pide por el fin de la violencia
Denise Brown, que ocupa el cargo de coordinadora humanitaria de la ONU, señaló que en la ciudad de Tawila, a pocos kilómetros de El Fasher, está ocurriendo «uno de los epicentros de una catástrofe humanitaria».
Se calcula que más de 600 000 personas se vieron obligadas a huir debido al asedio, llevando el número total de sudaneses que se vieron forzados a abandonar sus hogares a casi los 12 millones, lo que la convierte en la mayor crisis de desplazamiento a nivel mundial.
Brown rogó que «detengan la violencia, detengan la guerra, déjenos pasar», al mismo tiempo que aseguró que los voluntarios y trabajadores humanitarios están siendo blancos de los ataques, habiendo perdido a 120 efectivos desde que comenzó la guerra civil.
El trabajo de la asistencia internacional se ve truncado por las restricciones impuestas por ambos bandos, el despliegue masivo de minas y municiones enterradas sin detonar y la alarmante escasez de suministros, lo que dificulta seriamente cualquier intento de ayudar.
La principal preocupación, señaló la coordinadora Brown, es que «el acceso a agua potable es limitado». “El saneamiento es extremadamente deficiente. A esto se suman enfermedades como cólera, dengue y desnutrición”, aseguró la funcionaria de la ONU, quien al mismo tiempo denunció que apenas disponen del 25% de los 4200 millones de dólares solicitados para la ayuda humanitaria en Sudán.
“Cada reunión en Sudán trata de una necesidad enorme y aguda y una respuesta limitada, porque simplemente no tenemos recursos para hacer más”, remarcó.
Los civiles siguen muriendo
Según un informe realizado por la oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, con Volker Turk a la cabeza, entre el 19 y el 29 de septiembre se registraron al menos 91 muertes civiles en El Fasher debido a los bombardeos de artillería, ataques con drones e incursiones terrestres realizadas por las RSF.
“Esto parece ser un esfuerzo para forzar el desplazamiento masivo de civiles de El-Fasher”, alertó Turk, al mismo tiempo que exigió que se garantice la protección para la población de forma inmediata, haciendo énfasis en los ancianos y personas con discapacidad que no son capaces de abandonar la zona.
Las descripciones realizadas por Turk dan cuenta de la «inimaginable dificultad» que están enfrentando los civiles sudaneses. Además, sumó su voz a las denuncias de restricciones arbitrarias impuestas por las RSF al ingreso de alimentos y suministros, a lo que sumó la divulgación de fragmentos de informes que denuncian actos de tortura y asesinatos de civiles que intentaban ingresar productos de primera necesidad en la ciudad.