Otra noche tensa se vivió en Lima este miércoles cuando la Policía Nacional del Perú volvió a enfrentarse con cientos de manifestantes frente al Congreso, en pleno centro histórico, debido a que lo que comenzó como una marcha pacífica terminó entre gases lacrimógenos, fuego y gritos. Jóvenes de la llamada «Generación Z», junto a colectivos sociales y sindicatos, salieron a las calles para decirle al nuevo presidente José Jerí y al Parlamento que ya no confían en ellos.
Hubo enfrentamientos con la policía en los exteriores del Congreso
Desde temprano, las columnas de manifestantes avanzaron por la avenida Abancay, con carteles, cánticos, banderas rojas y blancas. Pero al llegar al Congreso, la tensión se disparó cuando algunos intentaron empujar las rejas metálicas colocadas por la Policía; otros lanzaron botellas, y en medio del caos, alguien prendió fuego a un montón de objetos frente a los agentes; eso solo bastó para que todos se descontrolaran.
Entre la confusión, varios jóvenes cayeron al suelo, tosiendo o con heridas de perdigones, pero también hubo policías golpeados por piedras y botellas, esto se parece a las protestas que ocurrieron en Ecuador. Mientras tanto, en los alrededores, los negocios bajaban sus persianas y los transeúntes corrían para ponerse a salvo.
En el cruce de los jirones Lampa y Nicolás de Pierola, el enfrentamiento fue tan fuerte que la policía terminó cercando completamente la zona. Y aunque parecía que todo había terminado, los manifestantes se reagruparon horas después frente al Palacio del Poder Judicial, decididos a seguir con el rechazo al presidente José Jerí, acusado de abuso sexual y señalado por muchos como símbolo de la vieja política.
Protestas contra José Jerí y los líderes políticos
Detrás de la frustración, los jóvenes no solo protestan contra las denuncias que pesan sobre el mandatario, sino también contra los partidos que lo llevaron al poder tras la destitución de Dina Boluarte, demostrando que muchos sienten que nada cambia, que las mismas manos siguen moviendo los hilos del poder.
En la marcha también se vio a artistas y figuras reconocidas, la cantante y exministra Susana Baca caminó entre los jóvenes, como una más, levantando la voz contra la violencia y la corrupción. «El Perú merece dignidad», dijo brevemente antes de continuar entre la multitud.
Y mientras eso ocurría en tierra, Jerí sobrevolaba la ciudad en helicóptero junto al ministro del Interior Vicente Tiburcio y al comandante general de la PNP, Óscar Arriola, observando desde arriba el caos que crecía abajo, pero a su lado, el alcalde Renzo Reggiardo coordinaba los operativos para intentar mantener el orden en una Lima que parecía al borde del colapson.
La «Generación Z» toma las calles en distintas regiones
En Huancayo, comerciantes del mercado Modelo se unieron a los estudiantes y marcharon hasta la plaza Huamanmarca con pancartas que decían: «Este gobierno no me representa». En Chiclayo, una bandera gigante del Perú se desplegó sobre las calles del centro, sostenida por profesores y jóvenes del magisterio.
En Arequipa, los enfrentamientos se desataron cerca de la plaza principal, justo cuando allí se celebraba el X Congreso Internacional de la Lengua Española, con la presencia del rey Felipe VI de España. Una imagen potente: mientras se hablaba del poder de las palabras, a unas cuadras volaban piedras y gases.
Las redes sociales se llenaron de videos; algunos mostraron a los jóvenes cantando el himno nacional entre lágrimas; otros, los choques con la policía que vienen desde el comienzo de año cuando hubo despliegue de fuerzas de seguridad por marchas, pero la llamada «Generación Z» ya no son solo protestas porque su reclamo no es menor: piden transparencia, justicia y un cambio real en la política peruana, cansados de ver cómo los mismos nombres vuelven una y otra vez.