A través de la cuenta oficial de la plataforma X, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, publicó una muy extensa y dura declaración pública donde lanzó una fuerte ofensiva en contra de la oposición, el sistema judicial y sectores de la prensa a quienes acusó de haber iniciado una verdadera «guerra jurídica». El presidente aseguró que las recientes acciones en las que han estado comprometidos sus allegados obedecen al miedo de los opositores frente a la posibilidad de que el progresismo vuelva a gobernar en las siguientes elecciones.
Férrea defensa: «Ni los ministros ni mi hijo debían estar presos»
El centro del pronunciamiento presidencial fue la defensa de sus dos ministros involucrados y de su hijo, Nicolás Petro, de acuerdo con el mandatario, las decisiones sobre privación de libertad son desproporcionadas y obedecen a una lógica de espectáculo mediático: «Ni los dos ministros debían estar presos, porque la partes no pidieron cárcel…, ni mi hijo, a pesar de sus errores personales, debía ser encarcelado.», sentenció, señalando directamente a la «fiscal Laborde» y la periodista «Vicky Dávila» en el caso de su primogénito.
Respecto al caso específico del exministro Ricardo Bonilla, Petro avanzó un argumento político-legislativo para demostrar su inocencia. Acusar a Bonilla de sobornar a congresistas «pedigüeños», dice Petro, es caer en la lógica de la risa, cuando esos mismos legisladores son los que hundieron el Presupuesto de la Nación para el 2025: «prueba a favor contundente del ministro Bonilla, pero que la prensa calla», señaló.
Ataque frontal a la oligarquía
El presidente dejó ver, de esta manera, una vez más, con un exagerado lenguaje, la forma de nombrar nuevamente a la élite económica y política del país. A ellos los culpó de querer cárceles para los funcionarios del gobierno y mientras que ellos amasan fortunas en el extranjero. Para Petro, estos sectores y segmentos sociales ya no tienen constitución sino su régimen de facto, que siempre está untado de dinero y sangre.
El presidente comparó la actualidad con el proceso de represión académica del franquismo en España. Afirmando que sus opositores y este hombre «encarcelan la inteligencia». Él lo contraatacó mencionando otros casos de corrupción en la otra orilla, citando de forma específica los «subsidios logrados de manera ilícita por parte del hijo de la senadora Cabal» como ejemplo de una clase que «odia al pueblo».
El factor electoral: «No soportarían cuatro años más»
Para Gustavo Petro, la razón de ser de todo este ataque judicial es el temor ante el esfuerzo electoral que se avecina. Así lo afirmó, puesto que las tensiones estallaron política y electoralmente a partir de una encuesta que revela que su partido podría ganarle a la oposición en los próximos comicios: «No aguantan otros cuatro años de progresismo, no los aguanta la avaricia», apunta. «Estas tensiones dentro de las mafias del narco y dentro de la política estallan porque una encuesta dijo que el partido del presidente ganaría», expresó Petro, indicando que la batalla por la sucesión ya va en los tribunales y en la narrativa pública.
El presidente habla de corrupción en el gobierno, pero afirma que ha expulsado a los corruptos y que ha entregado las pruebas a la justicia, mientras que las «mafias del narco» son las que antes según él, gobernaban.
El largo mensaje dirigido por Gustavo Petro transmite su posición de resistencia: no se dejará arrastrar por una persecución dirigida para recuperar el manejo del erario. Al señalar que resistirá «hasta el último día» con el Estado Social de Derecho, el presidente marca una severa línea divisoria en la proximidad de la campaña, advirtiendo a sus adversarios que incluso con las «rejas y el rejo» «el pueblo decide» al final.