Resumen:
Primera Bendición “Urbi et Orbi” del Santo Padre León XIV
Esta tarde el Santo Padre León XIV, precedido de la Cruz, ha aparecido en la Logia exterior de la Bendición de la Basílica Vaticana para saludar al pueblo e impartir la Bendición Apostólica “Urbi et Orbi”.
Antes de la bendición, el nuevo Papa se dirigió a los fieles con las siguientes palabras:
Palabras del Santo Padre
¡La paz sea con todos ustedes!
Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor, que dio su vida por el rebaño de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz entrara en su corazón, que llegara a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz sea contigo!
Ésta es la paz de Cristo Resucitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Viene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente. ¡Aún conservamos en nuestros oídos aquella voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco bendiciendo Roma!
El Papa que bendijo Roma dio su bendición al mundo, al mundo entero, aquella mañana de Pascua. Permítanme continuar con esa misma bendición: Dios nos ama a todos, Dios los ama a todos y el mal no prevalecerá. Todos estamos en las manos de Dios. Por eso, sin miedo, unidos de la mano con Dios y en unidad con Él, seguimos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita su luz. La humanidad necesita de Él como puente para ser alcanzado por Dios y su amor. Ayúdennos también a nosotros, y luego unos a otros, a construir puentes, con el diálogo, con los encuentros, uniéndonos a todos para ser un solo pueblo siempre en paz.
¡Gracias al Papa Francisco!
Quisiera también agradecer a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser Sucesor de Pedro y caminar junto a vosotros, como Iglesia unida buscando siempre la paz, la justicia, buscando siempre trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para anunciar el Evangelio, para ser misioneros.
Soy hijo de San Agustín, agustino, que dijo: “con vosotros soy cristiano y para vosotros obispo”. En este sentido todos podemos caminar juntos hacia la patria que Dios nos ha preparado.